Palabra que viene del griego aképhalos —que significa “sin cabeza”— con la que se designaba en el siglo VI a ciertos herejes que seguían el pensamiento de Eutiques. Pero en su significación social y política actual, acefalía es la carencia de gobernante, conductor o autoridad en una comunidad social.
Eutiques fue un heresiarca del siglo V —o sea autor de una herejía— y se convirtió en líder de una secta herética en materia de fe religiosa, en cuyo torno se desataron gravísimas disputas teológicas.
Desde temprana edad abrazó la vida monástica y vivió en un convento muy cercano a Constantinopla.
En el área política es la ausencia de jefe, conductor o dirigente dentro de una comunidad o agrupación social. O sea la falta de cabeza en una agrupación política o comunitaria. Y acefalismo —aparte de la significación especial que da la “secta de los acéfalos”— es la ausencia de jefatura, conducción o dirigencia en una entidad política o administrativa o la tendencia a propugnar la supresión de autoridades y dirigentes en una organización política o social.
La acefalía fue, en sus orígenes, un término médico que, en el orden patológico, designaba la falta o insuficiencia de algún órgano. Y en la anatomía patológica se designa con esta palabra al feto que nace privado de una porción cerebral. De allí devino posteriormente un término figurado, dentro de la organización social, para denominar la ausencia o debilidad de capacidades gubernativas dentro de un Estado o de un cuerpo social.
El Diccionario de la Real Academia define la acefalía como “inexistencia de jefe en una sociedad, secta, comunidad, etc.” Lo cual significa, en la vida pública, la ausencia de un conductor o dirigente con capacidad de liderazgo y conducción.