Javier Altamirano, alcalde de Ambato, en reiteradas ocasiones ha hecho un llamado a la ciudadanía para que acaten el aislamiento y el distanciamiento social para evitar la propagación del COVID-19.

Pese a ello, en algunos sitios la ciudadanía no ha cumplido las disposiciones.

Altamirano indicó la semana anterior que dependerá del comportamiento de la ciudadanía para que se pueda pasar de semáforo rojo a amarillo, pero las recomendaciones no fueron acogidas y el COE cantonal decidió continuar en rojo por una semana más.

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Una de las zonas más conflictivas es la plaza Primero de Mayo y sus calles aledañas.

En este sitio, durante toda la emergencia sanitaria se ha registrado aglomeración de personas por las ferias informales. Allí se ha evidenciado que tanto compradores como vendedores incumplen con las medidas de bioseguridad.

Mario Caizaguano, vicepresidente de la junta parroquial de Ambatillo, recordó que el mes anterior se unieron con los miembros de la junta de Quisapincha para controlar el ingreso y salida de los comuneros que en su mayor parte acuden a la plaza Primero de Mayo a vender los productos que cosechan.

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Manifestó que en abril tenían controlado, pero que este mes de mayo el control “se les fue de las manos” porque la gente comenzó a reclamarles diciéndoles que tenían que bajar a vender los productos como única fuente de ingresos para los hogares.

Dijo que por esa razón no pudieron hacer nada para evitar que los comuneros vayan a realizar las ventas y compras para la semana en el sitio.

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“Estamos socializando el uso de las mascarillas y también el distanciamiento”, manifestó Caizaguano. (I)