El Anuario estadístico de la Iglesia Católica editado por la Secretaría de Estado del Vaticano es una fuente importante para conocer la realidad de la Iglesia Católica. Editado desde 1976 nos permite construir una perspectiva y comprensión de su dinámica institucional. El ultimo corresponde al 2021 y permite apreciar el impacto de la pandemia. Haré una comparación con los datos de 2010 para visualizar las tendencias.

Lo más notable es una marcada disminución de las cifras correspondientes a bautizos y matrimonios religiosos, que no se corresponden con las tendencias demográficas de crecimiento poblacional. Lo mismo sucede con las confirmaciones y primeras comuniones que marcan la ruptura de los procesos de inserción y continuidad generacional en la Iglesia.

Los bautizos bajaron de 16’950,215 en 2010 a 13’737,795 en 2021, una disminución de más de tres millones en once años (-19%), del mismo modo los matrimonios religiosos estaban en 2’958,726 en 2010 y disminuyeron a 1’852,087, una caída del 37% en once años. Las primeras comuniones son importantes y marcan una tendencia de reafirmación del bautizo que se hace a los recién nacidos bajó de 10’727,926 en 2010 a 8’543,792 en 2021, una disminución del 20% en el mismo período.

Es importante mencionar que la baja en América es del 30% en bautizos y del 50% en matrimonios religiosos. En Europa, el reducto histórico del catolicismo los bautizos bajan el 30% y los matrimonios religiosos disminuyen en un 45%.

El catolicismo tiene buenos números en África, allí los bautizos y casamientos religiosos crecieron, al igual que las vocaciones religiosas. Los bautizos fueron en 2010 3’639,775 y en 2021 aumentaron a 4’163,825, un 14% de crecimiento y los matrimonios religiosos crecieron de 351,260 en 2010, llegando a 359,226 un modesto crecimiento de 2.3%.

Los escándalos en materia de abusos sexuales repercutieron en la caída de las cifras en América y Europa, en países como Chile y Francia para poner sólo dos casos, la disminución es mayor y supera el 50%. En Italia la mayoría de la población se casa y anota sus hijos en el registro civil, obviando a la Iglesia Católica, que por el Concordato firmado con el Vaticano tienen valor legal los matrimonios y bautizos registrados ante la Iglesia. En el caso de Italia es importante recordar que el aborto es legal desde 1978.

Las cifras de sacerdotes continúan disminuyendo en 2010 había 417,340 y en el 2021 habían disminuido a 413,212 un punto porcentual, pero debemos entender que la baja es notable en términos cualitativos por el envejecimiento del personal, a lo cual debemos agregar que estas cifras incluyen a sacerdotes en “situación irregular”, que “colgaron los hábitos” y no tienen la dispensa de votos sacerdotales que debe aprobar la Santa Sede.

La disminución de religiosas es más dramática en 2010 eran 721,935 y en 2021 habían disminuido a 608,958, un 19%, a lo cual debemos agregar el envejecimiento de las monjas, esto llevó a la incorporación, muy cuestionada, de jovencitas de países pobres que no tienen, en muchos casos, vocación de servicio religioso. A esto se refirió el Papa Francisco como “trata de novicias” en una reunión con superiores de órdenes religiosas, señalando que estamos “creando pequeños monstruos”. En ese mismo tema, recientemente el Opus Dei fue cuestionado en Argentina por un grupo de “numerarias auxiliares”, quienes denunciaron a la Santa Sede su situación y la falta de cumplimiento de la Obra de sus promesas.

Para alarma de los sectores tradicionalistas que exigen a ultranza la vigencia del celibato sacerdotal, sólo vigente en el 92% de los fieles católicos de rito latino. Recordemos que los sacerdotes de las ramas orientales (8%) de la Iglesia son casados. El presbiterio que sí crece, son los diáconos permanentes casados, quienes en 2010 eran 39,564 y en el 2021 habían subido a 49,176, un incremento del 24.3%. Los diáconos permanentes se concentran en América y Europa, llegando en ciertos países a superar el número de sacerdotes.

Entre 1963 y 1965 la Iglesia Católica hizo el Concilio Vaticano II para renovarse y actualizarse, asumiendo las transformaciones que había en el mundo. Estos acuerdos provocaron alarma en los sectores tradicionalistas y conservadores quienes impidieron cualquier cambio. Viendo las cifras y tendencias la pregunta es ¿si todavía pueden cambiar, o si es demasiado tarde?

Doctor en antropología, profesor investigador emérito ENAH-INAH