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Gastronomía

El bar de Cartagena que nos metió en la élite de la coctelería mundial

Alquímico conquistó el puesto 10 en la lista de los ‘50 Best Bars’ de este año.

Alquímico conquistó el puesto 10 en la lista de los ‘50 Best Bars’ de este año.

Foto:Archivo particular

Alquímico obtuvo el puesto 10 en la lista de los ‘50 Best Bars’ de este año. Charla con Jean Trinh.

El bar Alquímico, ubicado en la Calle del Colegio, en el casco antiguo de Cartagena, ya había hecho historia en el 2020 cuando se convirtió en el primer bar colombiano en entrar a la sofisticada —y muy competida— lista de los 50 Best Bars. Pero este año la sacó del estadio al ubicarse dentro del top ten, es decir, al ser elegido como uno de los 10 mejores bares del planeta. Y no cabe duda de que este reconocimiento le suma, y mucho, a esa gran marca internacional que ya es Cartagena como destino turístico.
Esta historia comenzó en el 2016 de la mano de un francés llamado Jean Trinh (40 años) que apostó por lo local y dio vida a un lugar excepcional en una casona cartagenera con mucho encanto. “Cuando empezamos solo éramos cinco, pero ya somos 70”, subraya Trinh, hijo de una pareja de vietnamitas que llegaron a Francia huyendo de la guerra que desangró al país asiático.
Gran admirador del espíritu colombiano y de la diversidad y enormes riquezas de nuestro país, este ingeniero de profesión, pero bartender de corazón, habló con EL
TIEMPO desde Barcelona (donde fue la premiación) sobre lo que significa este logro para él y para Colombia.

¿Cómo recibe este gran reconocimiento?

Con muchísima alegría, porque es el fruto de mucho trabajo y mucha pasión y porque es una manera demostrar que en Colombia podemos tener barras de primer nivel, como lo prueba la presencia de otros dos bares colombianos en la lista: El Barón (Cartagena, puesto 66) y La sala de Laura (Bogotá, puesto 70). Estos reconocimientos son una responsabilidad muy grande, pero también una herramienta de comunicación muy potente para mostrar lo mucho que tiene Colombia.
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Foto:Archivo particular

¿Dispara esto la marca Cartagena aún más?

Sin duda. En el marco de la premiación conversé con mucha gente y todos me hablaron de Cartagena con mucho entusiasmo. Pero lo que más me impresionó fue que unos colegas de un bar de Nairobi y otros de Yakarta me dijeran que se morían por conocer Cartagena. Eso te da una idea de la imagen internacional de la ciudad.

¿Por qué cree que Alquímico fue elegido como el décimo
mejor bar del mundo?

Creo que la gente nos está mirando, más allá de nuestras bebidas, de esa gastronomía líquida que hacemos y del ambiente que le imprimimos a nuestro bar, por el trabajo que tenemos con las comunidades, por ese trabajo social y medio ambiental que realizamos con mucha convicción y humildad.

Cuéntenos un poco de eso.

Cuando entramos a la lista en el 2020, y que fue la primera vez que entraba un bar colombiano, fue por el trabajo en nuestra finca en el Eje Cafetero, en Filandia (Quindío), donde, en plena pandemia, desarrollamos un proyecto para crear una fuente de suministros sustentable para el bar que también generara empleo en la región. Como me dijo esta semana alguien en Barcelona: “Mientras el mundo se cerraba, ustedes mostraron algo positivo y lleno de esperanza”. Ese proyecto nos dio el premio de ‘el bar más sostenible en el mundo’. Y ahora, paralelamente, estamos apoyando a un grupo de campesinos de los Montes de María. Hace poco hicimos un almuerzo con la gente del restaurante Celele, en Cartagena, para recoger fondos que permitirán que esas personas, que son proveedores nuestros y de Celele, compren una tierra y tengan un
centro para procesar los productos que nos venden a nosotros y puedan ampliar su distribución en Cartagena. Hablamos de una zona donde no hay ni luz.

¿Cuál es el estilo de su bar, cómo lo definiría?

Es coctelería de autor y una manera, para mi y todo el equipo, de mostrar las muchas caras que tiene Colombia. Lo que hacemos es mostrar la riqueza en ingredientes
y creatividad que hay aquí y también la alegría y la energía de su gente,que para mi es algo re importante, porque un bar es, esencialmente, un lugar para divertirse.
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Foto:Archivo particular

¿Cómo ha sido la evolución de Alquímico?

Cuando empezamos solo éramos cinco personas, pero cada año duplicamos el número y hoy, incluyendo a la gente que trabaja en la finca del Eje Cafetero, somos 70. Es decir, 70 familias.

Descríbanos su bar, para la gente que aún no lo conoce

Tenemos tres niveles distintos, de hecho, la carta de cocteles es distinta. Abajo, en el primer piso, es más coctelería de autor; el segundo piso es más de clásicos y
más para parejas,y arriba, la terraza, ¡esel Caribe!...Más fiestica, coctelería más frutal, tragos más largos y, claro, muy buena música

Dos cocteles emblemáticos...

Uno es el Petronio, que lo trajimos a los premios de los 50 Best Bars en Barcelona, y que es uno de los clásicos del bar: tiene cítricos, lo que nos permite hablar de lo
que hacemos en la finca del Eje Cafetero y de las frutas de Colombia; tiene viche, lo que nos permite hablar de todo lo que está pasando en el Pacífico colombiano y de la
cultura de los afrodescendientes. También tenemos un coctel que tiene mambe (un polvo que se obtiene de tostar y moler las hojas de coca amazónica), que para mi es algo importante, porque nos permite hablar de la Amazonía, de las tradiciones de sus indígenas y de cómo la coca no es sinónimo de cocaína, sino parte de una tradición cultural muy profunda. De hecho, presentamos un coctel con mambe en el BCB, en Berlín (la principal feria internacional de bebidas espirituosas de Europa), y la gente se fascinó. Es que al final la bebida es el 1 por ciento. Tiene que ser buena, estar bien equilibrada,desde luego, pero la clave está en la historia que hay detrás de cada
coctel, que es lo que hace que no sea una bebida más. Por eso en mi bar hay más gente en el salón explicando lo que hay detrás de nuestros cocteles, que en la propia barra preparándolos.
Alquímico

Alquímico

Foto:Archivo particular

¿Un bar que admire en Cartagena?

Yo amo a El Barón. Lo hacen muy bien y han aportado un montón a la industria. Los admiro y compartimos mucho. Los quiero igual que a mis chicos.

¿Y en el mundo?

Es difícil responder eso. Hay muchos y depende mucho de tus gustos y de cómo te sientes ese día: a veces quieres un bar más tranquilo, a veces quieres más acción...
Pero lo que yo siempre les digo a mis chicos, que tienen una tremenda energía, es que el bar donde tu entres y te sonrían, y donde te sientas bien, es el mejor bar.

Siempre habla mucho de la energía de su gente… ¿Qué es
lo que lo impresiona tanto?

Es que se la gozan. Y eso es clave porque ellos son los protagonistas y los que definen como va a ser la noche. Si en un bar te atiende una persona que está cansada, que no
sonríe, te pasa esa energía a ti y se la impregna al lugar. Esto para mi es clave y por eso le insisto mucho a mi gente en la importancia de sonreír. Además, no se nos puede
olvidar que un bar es un lugar donde la gente observa permanentemente y si lo que ves no transmite buena energía, pues mal. Afortunadamente, aquí a la gente le sobra energía y buena actitud y eso, sin duda, hace que Alquímico sea tan especial. De hecho, a veces, cuando los veo, en plena faena, con ese entusiasmo, me hacen sentir un poco viejo (risas).

¿Qué hacía antes de dedicarse a esto de los bares?

Yo nací en el mundo de la hospitalidad porque mis padres, que eran vietnamitas, tenían un restaurante en Francia, a donde emigraron por la guerra. Yo nací en Francia.Y creo que ellos me inculcaron los valores de muchas cosas que tiene el bar hoy: humildad, trabajo, pasión. Ahora, siempre recuerdo que me decían: “nunca vayas a
trabajar en esto, porque es muy duro: estudia, estudia”.

Y veo que no les hizo caso...

Sí, sí les hice caso. Estudié ingeniería y lo apliqué en el diseño y desarrollo de proyectos de construcción en París,donde hacia remodelaciones de edificios antiguos. Pero tenía la pasión de la hospitalidad, así que abrí un bar con mis amigos de la universidad en el
2011: una mezcalería chiquita.Trabajaba como ingeniero de lunes a jueves y el resto en el bar.
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Foto:Archivo particular

¿Qué lo trajo a Cartagena?

Durante mis estudios fui varias veces a México. Ahí descubrí la cultura latina. Tenía muchos amigos colombianos, tanto en México como en Francia, y lo que me contaban me atrajo. Una de las cosas que más me impresionaba de ellos es que cuando tu ibas a una fiesta y tenías a un colombiano o a una colombiana, la energía cambiaba...Y para mi la gente es fundamental.

¿Qué viene para Alquímico tras este reconocimiento?

Muchas cosas. En noviembre vamos a lanzar tres nuevas cartas de coctelería, una en cada piso, y el nuevo menú de comida, que desarrollamos con Celele y que va muy de la mano con el trabajo con las comunidades con las que estamos comprometidos. Ese menú va a ser 50 por ciento vegetariano y 50 por ciento vegano, que es una apuesta un poco fuerte y que nos exige a nivel de creatividad, pero que a la vez manda un mensaje
medioambiental: un tema que es muy importante para nosotros.

Mucha gente lo habrá llamado esta semana: de todos los mensajes que ha recibido o visto, ¿cuál le llegó al alma?

Hay uno que me tocó muy fuerte. Una publicación en Instagram con una foto mía y un texto de una página en la que se exalta a los vietnamitas alrededor del mundo que
se destacan... Se me salieron las lágrimas, porque pensé en mis padres (ya fallecidos). Fue muy fuerte para mí.
VÍCTOR MANUEL VARGAS SILVA
Editor de la Edición Domingo de EL TIEMPO 
En instagram: @vicvar2
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