La mutilación del aguijón de cientos de mantarrayas capturadas en la playa Huatabampito ha causado indignación en redes sociales de parte de usuarios que señalan que la práctica es maltrato animal, pues se daña la integridad de la especie.
La práctica es llevada a cabo por el departamento de Ecología del Ayuntamiento de Huatabampo encabezado por el alcalde Jesús Flores, esto como medida de precaución ante los miles de vacacionistas que esperan recibir en Semana Santa en este destino turístico de Sonora.
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"Estamos preocupados por tener una playa limpia, más que nada para el turista, que venga y se vea algo bien", señaló Elizabeth Guerrero Moreno, de la coordinación de Ecología.
La funcionaria municipal expuso para el medio local SP En Directo que las mantarrayas a las que se les quita el aguijón no sufren algún tipo de daño y ayuda a prevenir picaduras en esta temporada vacacional.
"El proceso que se está dando es quitarle el aguijón pero se vuelve a reproducir, tirándola más al fondo para que no venga a orilla y pueda ocasionar ese tipo de accidentes", reiteró.
Sin embargo, varias personas han denunciado este acto, señalando que atenta contra la fauna marina y la conservación de esta especie en su hábitat natural, pues las mantarrayas utilizan el aquijón como mecanismo de defensa ante amenazas que atenten contra ellas, y su regeneración tarda entre cuatro y seis meses.
Una práctica que tiene años realizándose
El disgusto de la ciudadanía ante estos hechos no es nada nuevo, pues en años anteriores grupos ambientalistas han lanzado convocatorias para que esta práctica ya no se realice.
Una petición en la página web change.org de hace cuatro años exigía a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) detener estas actividades por parte de las autoridades municipales de Huatabampo, con jornadas de este tipo que afectaban a más de dos mil mantarrayas.
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"Se está sobreponiendo por encima el beneficio a la entrada de turismo y comercio", se lee en el cuerpo de la petición que recabó más de diez mil firmas. "Debemos de ser conscientes de que el mar es su hábitat natural y nosotros estamos invadiéndolo. Nadie tiene derecho a violar la integridad física y someter ante estrés a una especie. Tenemos que tener en cuenta que el aguijón es una parte del cuerpo, que si se quita, se considera mutilación".
En aquel entonces, la Profepa atendió el caso pero no se tomó ningún tipo de medida, pues la práctica continúa realizándose año tras año, especialmente en esta temporada del año en que las mantarrayas se acercan a la orilla de la playa buscando las aguas cálidas.
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