En principio, las aspiradoras se diseñaron con fines industriales, pero su éxito alcanzó también lo doméstico. (ARCHIVO)
Cuando de limpieza se trata, siempre se busca que esta sea lo más cuidadosa y efectiva posible, por lo que no es de extrañarse que desde tiempos remotos se hayan diseñado productos y herramientas para apoyar a este fin.
No obstante, algunos son relativamente recientes, como lo es el caso de la aspiradora, cuyos orígenes datan de 1869, año en que se materializaron proyectos rústicos.
De acuerdo con Teclimiza.com, la primera aspiradora era una "máquina de madera fabricada por la Compañía Americana Limpiadora de Alfombras. El aspirador funcionaba apretando repetidamente una palanca en la parte superior y no limpiaba muy bien, aunque superaba con creces a los cepillos que sólo lograban levantar polvo que se volvía a asentar en alfombras y tapetes".
La primera aspiradora moderna fue "inventada en 1901 por el ingeniero inglés Hubert Cecil Booth. Se trataba de un aparato eléctrico de gran tamaño que aspiraba el polvo gracias al potente motor que incluía", indica el sitio MuchoHogar.com
Tan sólo siete años después, el diseño de Booth fue mejorado por alguien llamado James Spangler, quien dio con una versión portátil del invento que funcionaba con un ventilador eléctrico.
Finalmente, para mal de Spangler pero bien del diseño, el inventor cedió los derechos de autor a William H. Hoover, quien perfeccionó lo hecho y produjo una aspiradora con ruedas, un mango largo y una bolsa para recoger el polvo.
