Almenar. FOTO EPDA. Cantos de libertad y tolerancia impregnan el discurso de Vicente Almenar. No podría malhumorarse por nada a no ser que ese algo afecte en la felicidad de los suyos, entonces este hijo de Albalat del Sorells sacaría las uñas por defenderlos.
¿Rasgo principal de su carácter?
Creo que soy demasiado amable, a veces hasta me paso, pero es que me gusta que la gente se sienta bien.
Dígame un defecto confesable.
Pues que siempre estoy buscando la perfección. Sé que no existe, pero no puedo evitar dejar de buscarla
¿Se considera buena persona?
Sí, por supuesto. Y además me gusta serlo.
¿Siente envidia normalmente de algo o de alguien?
No. Le diré más, no conozco la envidia, no sé lo que se siente cuando una persona tiene envidia.
¿Cuál es su ideal de la felicidad?
Para mí la felicidad es encontrarse consigo mismo cada día. Es un auténtico placer.
¿Qué es lo que más le molesta de una persona?
La mentira sin lugar a dudas, es que no puedo con ella.
¿Ante qué no es nada tolerante?
Ante nada. Es que presumo de ser una persona muy tolerante, así que no creo que haya nada en el mundo que me moleste en exceso
¿Cuál es la palabra o frase que utiliza diariamente?
Esa es muy fácil: no sé si me he sabido explicar. Casi siempre termino mis frases de esa manera
¿Su máxima en el trabajo?
La constancia. Como no lo seas en el trabajo ya no tienes nada que hacer. Todo lo que has podido hacer hasta entonces es tiempo perdido.
¿Dónde le gustaría vivir?
Donde nací, donde vivo y donde viviré, en Albalat del Sorells. Para mí no hay mejor lugar en el mundo que mi municipio
¿Cuál es su canción favorita?
Libre de Nino Bravo, todo un clásico.
¿Y el color que más le gusta?
El azul.
¿Le queda alguna asignatura pendiente en la vida?
Pendiente no, pero sí una que revalido todos los días que es la de intentar hacer felices a los qué me rodean.
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