Adiós a un novelista barcelonés

El escritor Francisco Casavella muere de un infarto a los 45 años

Francisco Casavella.

Francisco Casavella.

ERNEST ALÓS
BARCELONA

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Juan Marsé, el cronista de la Barcelona real de la posguerra, ha tenido que esperar hasta los 75 años para recibir distinciones oficiales. Francisco Casavella (Barcelona, 1963) murió ayer de un infarto a los 45 años, demasiado pronto para recibir ser reconocido como el gran escritor de la Barcelona contemporánea por obras comoEl triunfoy la trilogíaEl día del watusi: tres obras (Los juegos feroces,Viento y joyasyEl idioma imposible) que retratan una ciudad alejada de la imagen oficial, desde las barracas de Montjuïc a la vaciedad posolímpica, a través de un personaje, Fernando Atienza, que desfila por la Barcelona de 1971 a 1995 como un "escalador social".

La ambición de Casavella (su nombre real era Francisco García Hortelano, que no utilizó para firmar sus obras para evitar confusiones con el también escritor Juan García Hortelano) se reflejó también en el cambio de tercio que dio a su obra conLo que sé de los vampiros, un novelón sobre el siglo de las luces con el que obtuvo el pasado 6 de enero el Premio Nadal.

"Lo que le ha de llegar a la gente es que se ha muerto un escritor extraordinario. Consiguió ser lo que se propuso cuando era botones de La Caixa, escritor". Así quiere que se recuerde a Francisco Casavella el director del programa de libros de TVCL'hora del lectory amigo desde la juventud del novelista, Emili Manzano. En su opinión, el millar de páginas de la trilogíaEl día del watusi"es la historia de este país y de sus cambios sociales: está todo".

Pocos se lo reconocieron y menos siguieron la brecha que abrió. Uno de ellos, por ejemplo, Javier Pérez Andújar (autor deLos príncipes valientes), para quien ayer murió "el más grande escritor de una generación y el más grande, y el más verdadero, escritor de la Barcelona de hoy, de la que se oculta".

"Es una muerte prematura, lo mejor de él estaba por venir. Su arte se rompe antes de tiempo. Tenía una relación demasiado obsesiva por el trabajo: vivía a tumba abierta", opinó ayer Antonio Chavarrías, que adaptó al cine con el títuloVolverás, en el 2002, la novelaUn enano español se suicida en Las Vegas. Según el cineasta --informa Cristina Savall--, la relación con Casavella fue exquisita: "Se presentó con un esbozo de guión. Hacía tiempo que tenía en la cabeza llevar este relato al cine. Fue muy generoso, aunque después la película tiró por otro camino".

BALANCE FINAL

Casavella fue también guionista deAntártida,dirigida en 1995 por Manuel Huerga, y Mireia Ros adaptóEl triunfohace dos años. De sus adaptaciones al cine habló el novelista en sus últimas declaraciones, sobre cómo los escritores consiguen vivir de su trabajo, emitidas por el programa de libros de La 2,Página 2,el pasado día 7. "He tenido la suerte de que me han llevado varias veces al cine, me han traducido más o menos y he podido evitar ciertas formas de periodismo y sin pasar por excesivas estrecheces", opinaba. Aunque su preocupación era (y así se cerraba el reportaje), que su obra "se lea".