Después de diez años rondando de aquí para allá, la princesa Magdalena de Suecia tiene planes para regresar a su patria junto a su marido, el financiero estadounidense Chris O’Neill, y sus tres hijos. Sus planes pasan por aterrizar en Estocolmo el próximo año. Sin embargo, las cosas no son tan sencillas como parecen. Magdalena habría puesto algunas condiciones a su regreso que están generando controversia en la familia real sueca.

La princesa Magdalena no va a regresar de cualquier manera. Ha dejado claro que quiere mantener su calidad de vida a toda costa, y ha puesto sobre la mesa unas condiciones que han dejado a todos sorprendidos. Quiere tener bien cogidas las riendas de su vida.

La princesa Magdalena acepta volver, pero impone sus condiciones

Según cuentan desde el diario sueco ‘Svenska Dagbladet’, la royal está exigiendo lo mejor de lo mejor para su familia. Lo primero que ha solicitado es que sus tres hijos sean matriculados en el mejor colegio del país. Magdalena quiere que sus pequeños Leonore, Nicolas y Adrienne luzcan los uniformes del exclusivo centro Carlssons, ubicado en el elitista barrio de Östermalm en Estocolmo. Es el mismo colegio en el que ella estudió, y quiere asegurarse de que sus hijos tengan una adaptación perfecta rodeados de los hijos de sus amigos reales.

Magdalena Suecia GTRES
Magdalena Suecia GTRES

Pero no solo eso, Magdalena también desea que los tres sean admitidos en el mismo centro para que se apoyen entre ellos y minimicen el impacto del cambio. En todo caso, si no pueden entrar a ese colegio, está dispuesta a considerar otras opciones igual de privativas, como el famoso Campus Manilla de Djurgaarden, donde la princesa Victoria de Suecia ha matriculado a sus propios hijos.

No quiere volver a la vida de antes

Pero las peticiones no terminan ahí. La royal también quiere un piso de siete habitaciones en el patio de las antiguas caballerizas del palacio real. Ya han reformado el espacio expresamente para ella. Aunque también se rumorea que la familia no descarta buscar otra vivienda en Estocolmo que se adecúe a sus preferencias.

Además, la princesa ya ha advertido que no piensa dejar su vida social de lado. Ha estado viajando por el mundo durante años y no quiere quedarse sentada en casa todo el día. Desde el mencionado diario sueco aseguran que está harta de esa vida. Y que sus intenciones en la capital sueca pasan por encontrarse con sus amigos de toda la vida y su núcleo de confianza, para seguir con sus fiestas privadas.

Una serie de exigencias de la hija pequeña del Rey Carlos Gustavo de Suecia y la Reina Silvia que no son muy bien vistas por la familia, donde consideran que tienen un polvorín entre manos. La polémica está servida en la monarquía de Suecia.