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Pablo Isla, un ejemplo de gestión eficiente y responsable

Actualizado
Pablo Isla.
Pablo Isla.CabalarEFE

Pablo Isla, el todavía presidente de Inditex, celebró ayer su última rueda de prensa para presentar resultados como máximo responsable del grupo, antes de que se materialice su proyectado relevo el 1 de abril. Las cifras son de una rotundidad incontestable: el volumen de negocio se acerca ya a cifras precovid y, según los datos ayer conocidos, Inditex ganó el pasado año 3.243 millones de euros, el triple que en 2020.

El balance de la gestión de Isla no puede ser más positivo, hasta el punto de

que su liderazgo cuenta con un amplio reconocimiento a nivel mundial. En una década al frente del gigante empresarial,
su peso en la creación de riqueza y empleo apenas tiene parangón en España
. Además, bajo su mandato Inditex entró en 2019 en el club de las 100 mayores empresas del planeta por capitalización bursátil, convirtiéndose así en un
importante activo de la marca España
. A título personal, el madrileño, de 54 años, ha sido distinguido con dos de los galardones de mayor prestigio: el
premio al mejor presidente ejecutivo del mundo
en el
ranking
de la Harvard Business Review y el
premio al mejor CEO de la década
que concede Forbes España.

De los éxitos profesionales y personales de Pablo Isla se colige una
actitud empresarial responsable y eficiente
, sustentada en la creación de un modelo de negocio suficientemente sólido como para resistir los envites de los momentos críticos -recuérdese el devastador impacto de la pandemia en otras empresas- y tan flexible como para responder a los cambios en el mercado. Su apuesta por el
comercio electrónico
colocó al grupo textil a la cabeza de los grandes distribuidores. Y de su mano, y en un salto sin precedentes, el así llamado por el ejecutivo
«modelo de negocio integrado»
-que permite la compra on line y la recogida en tienda- ha devenido un éxito que repercute en gran medida en la cifra de beneficios de Inditex.

Pablo Isla, que también
fue abogado del Estado y director general de Patrimonio
, deja el listón bien alto en el campo de la gestión y también en el momento de ceder el testigo. Su sustitución por Marta Ortega, que se inscribe en un «lógico relevo generacional» según Isla, viene precedida de mensajes de apoyo a la hija de Ortega y a García Maceiras, CEO desde noviembre.

En este punto es inevitable la comparación con la clase política, donde tanto
se echan de menos la excelencia profesional
y la altura de miras a la hora de gestionar el Estado en beneficio de un proyecto común.

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