Sobran motivos para visitar una Málaga cada vez más abierta y cosmopolita. "Hay veces que uno hasta siente miedo de propagar las bondades de esta tierra, por si viene todo el mundo a este pequeño paraíso", bromea José Carlos García, único chef con estrella Michelin de la capital costasoleña.
Precisamente, el cocinero de restaurante homónimo es uno de los "culpables" de añadir razones a este reino de sol que aúna tradición y vanguardia. Donde puedes encontrarte a paisanos tomando churros en terrazas abarrotadas junto a tiendas con bailaoras de plástico y vírgenes en el escaparate. Pero también pasear por el moderno barrio del Soho, grafiteado y rodeado de museos y teatros únicos.
García asesora al último restaurante que viene a dar vida y sabor a Palacio Solecio. El hotel que por fin recupera un edificio histórico en la serpenteante calle Granada, que muchos conocían solo repleto de andamios. Debido a la pandemia, en su corta vida ha tenido que abrir y cerrar hasta tres veces pero, dos años después, con el avance de la vacuna y las ganas de volver a la normalidad, viene dispuesto a pisar fuerte.
LA BELLEZA ESTÁ EN EL INTERIOR
Abierto al comensal desde la calle, sin necesidad de estar alojado para descubrirlo, Balausta lleva el nombre del interior de una granada, donde se encuentra el fruto y el jugo. Y no es para menos, porque apetece adentrarse en un recinto único, en medio de una urbe donde la temperatura invita a quedarse de terrazas. Pero merece la pena acomodarse en el palacio para viajar a otra época y de Málaga al cielo, gracias a la claraboya que permite verlo. De la claridad de la luz a la magia de las estrellas, en un patio típico andaluz donde solo se respira calma.
"Nuestro propósito en Balausta es acercar la historia de Málaga a través de las diferentes elaboraciones, todas ellas marcadas por las culturas y civilizaciones que han pasado a lo largo de los años por este territorio", explica José Carlos García, que trabaja mano a mano con Marcos Granados, jefe de cocina. "Con nuestras recetas, queremos que se pruebe un pedacito de Málaga y se sientan sus sabores y aromas únicos".
TRADICIÓN Y VANGUARDIA
Ambos chefs alientan a que todo aquel que visite la ciudad debería pasar por Palacio Solecio y Balausta. "En Málaga tienes desde el espeto a un restaurante como el nuestro donde vivirán, sin duda, una experiencia inolvidable, que les permitirá descubrir la auténtica esencia de la gastronomía malagueña, rodeados de un entorno con referencias propias del siglo XVIII. Es un pequeño viaje en el tiempo en pleno centro de Málaga".
Una cocina de sencilla elaboración con productos frescos del mar y la tierra con un guiño andalusí armonizado por típicos vinos dulces de uvas clásicas, como la moscatel o la Pedro Ximénez, de reconocida fama internacional. Platos que entrelazan sabores de esas distintas culturas que conforman la gastronomía malagueña interpretados con la intuición y técnica culinaria del chef malagueño.
La bonita metáfora de las semillas de la granada que son necesarias para dar el fruto en sí. Desde el hotel, la oferta culinaria se define como elegante, refinada y con personalidad.
QUÉ PEDIR EN BALAUSTA
De elegir un plato estrella, el tándem de chefs apuesta por la crema de alcachofas con cigalas a la brasa, que representa el mar y montaña de temporada. ¿Más opciones interesantes? El tartar de atún rojo y crema de ajoblanco ligeramente picante o las vieiras con gazpachuelo malagueño. En el apartado de carnes, el arroz escabechado de perdiz o la presa de cerdo ibérico adobao. Si queda hueco para los postres, proponen una versión propia del bienmesabe antequerano.
Otra manera de conocer el restaurante es picar alguna de sus tapas combinada con una de las 80 referencias en vinos. Del jamón ibérico de bellota y castaña "Dehesa de Los Monteros" con tostas de pan de cristal y tomate a las sardinas soasadas con pipirrana vegetal y la fritura de cigalitas de Málaga con alioli de azafrán. Incluso al atardecer, brindar a través de su apuesta por la coctelería de autor, que empieza a animarse en la ciudad.
LA HISTORIA DETRÁS DEL SITIO
Comer en este agradable punto de encuentro decorado por el estudio de Antonio Obrador también conlleva otro tipo de magia, la que trae el naipe. Porque el hotel Palacio Solecio fue en su origen, allá por 1772, una fábrica de naipes dirigida por Félix Solecio. La única Real Fábrica de Naipes de Málaga con la exclusividad de producción para toda América por orden de Carlos III y bajo el amparo de José de Gálvez y Gallardo, marqués de la Sonora y ministro del rey.
Hoy permanece el escudo de la familia, adornado por un sol, que bien podría simbolizar esa vuelta a la luz del palacio. Y Félix Solecio está enterrado en la iglesia de Santiago, justo frente al hotel. "La oferta hotelera es muy buena en Málaga, pero hasta ahora no había una opción tan auténtica como esta y necesitábamos un restaurante acorde y a la altura", cuenta Paloma Rando, sales director de Palacio Solecio.
Esa solera se manifiesta en escaleras y suelos originales, clásicos zócalos andaluces reinterpretados con rafia, columnas del antiguo edificio ahora restauradas y paredes decoradas con "cordobanes", piezas típicas de Córdoba confeccionadas con cuero repujado, esmaltes y pan de oro, "un auténtico tributo a la cultura y artesanía andaluzas". ¿Hay o no unas ganas renovadas de comerse Málaga?
Balausta. Calle Granada, 57-59, Málaga (Hotel Palacio Solecio). Horario. Abierto de lunes a domingo. Carta de aperitivos de 11:00 a 13:00 y de 16:00 a 20:00 horas. Restaurante de 13:00 a 16:00 y de 20:00 a 23:00 horas. Tícket medio: 40 a 45 euros. Teléfono. 952 216 000.
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