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Camisa blanca con lazada: el look fetiche de Yolanda Díaz para reunirse con el Papa y Puigdemont

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La vicepresidenta se puso el mismo conjunto para reunirse con dos ídolos espirituales mundiales como el Papa Francisco y Puigdemont, con los que se intercambió sonrisas y palmaditas. ¿Estrategia política tras su estilismo? Lo analizamos.

Yolanda Díaz con Puigdemont y el Papa Francisco.
Yolanda Díaz con Puigdemont y el Papa Francisco.GTRES

Con razón y cierta retranca-Federico Jiménez Losantos llama a Yolanda Díaz la fashionaria o lady tenacillas. La política gallega es una mujer presumida que madruga para ir bien arreglada a cualquier comparecencia y se nota que saca tiempo de donde sea para hacerse trencitas o pasarse la plancha (quizás el secador Dyson, de última moda, esto no es publicidad). Yolanda se sabe personaje público, cierto, pero cuida su imagen porque le gusta, desde el peinado y maquillaje hasta su indumentaria. Es coqueta, se adapta a las modas y arriesga con mayor o menor acierto.

Sin embargo, hay ocasiones en las que se nota que se esfuerza aún más a la hora de elegir lo que se pone, dependiendo con quién se vaya a reunir ese día y qué relevancia mediática vaya a tener el encuentro en cuestión. LOC ha reparado en que escogió el mismo look para citarse con el Papa Francisco que con Carles Puigdemont. Líderes, cuanto menos, espirituales a nivel mundial. ¿Nos está lanzando un mensaje velado la vicepresidenta con este conjunto de (España) camisa blanca con lazada al cuello y traje de chaqueta-pantalón de color negro que completa con el sencillo recogido de su melena con dulces mechas rubias?

Las fotos que ilustran esta página muestran, por un lado, a la dirigente de Sumar con Su Santidad en diciembre de 2021, audiencia que ella calificó de "emocionante" y para la que se puso una camisa de seda anudada al cuello. Por otro, vemos la imagen de la dama progresista este lunes en Bruselas junto al ídolo fugado de Junts. Reunión que tacharon de "fructífera" ambas partes y para la que Yolanda escogió una camisa casi idéntica a la que se puso con el Papa, pero en este caso de un tejido más ligero y veraniego, el algodón de popelín, proclive a las arrugas.

Consultamos al respecto al experto en Comunicación Corporativa Inteligente y Crisis Reputacional de Marca Personal Julio de la Torre y opina que "es evidente que el blanco y el negro, el pelo recogido y el lazo de la blusa son toda una declaración de carácter institucional, ya que no suele vestir así en el contexto político en el que se mueve, salvo por el uso del color blanco. A mi juicio, la elección de este código de vestimenta para la reciente visita a Puigdemont le ha jugado una mala pasada porque le ha traicionado la verdad subconsciente, que no es otra que entender su viaje como vicepresidenta y no como líder de Sumar. Su lenguaje corporal, sobre todo el de la cara, evidenciaban la necesidad de transmitir el carácter oficial de su presencia por la importancia de los asuntos a tratar".

De la Torre considera que "en el uso del tacto en el posado para la prensa se pueden ver dos momentos, muy reactivos, es decir, poco conscientes: uno, al posar la mano en la espalda a Puigdemont a la altura de los riñones y otra, cuando pone su mano sobre su brazo y eleva su pie izquierdo de manera instintiva. Son muy expresivos de su personalidad, la seducción a través del tacto, que utiliza con naturalidad pero siendo consciente del poder que tiene". Un sentido, añade, del que hoy se sirven más las mujeres, que pueden permitirse ser más toconas que los hombres, ya que si lo hacen ellos resulta más "invasivo".

La aportación de Julio de la Torre va en la misma línea de la especialista en comunicación no verbal Patrycia Centeno, con la que analizamos hace meses en estas mismas páginas la estrategia política tras los estilismos de la hija de Suso Díaz. Centeno afirmaba que Yolanda "cumple los requisitos del liderazgo femenino. Uno: serenidad, la excelencia de la empatía y la capacidad para gestionar las emociones positivas y negativas y dar una respuesta, en su caso dar un dato sin caer en provocaciones. Dos: su ternura; es firme pero protectora. El tercer requisito: elegancia ejemplar. Es muy dulce en su expresión facial y corporal. Para algunos, algo excesivo que la infantiliza. Pero también debemos ser conscientes de que todo lo que se relacione con cualidades asociadas a lo femenino se tachan de poco serias".

Según esta experta, Yolanda Díaz resulta muy cercana y eso la benefició en las urnas recientemente: "Le ayuda la sonrisa de los ojos y que es muy tocona y se percibe natural. Cuando en pandemia todo el mundo chocaba el puño (gesto que no dejaba de ser de confrontación); ella acariciaba el que le ofrecían. Es sólo un detalle pero señala que la suya es otra forma de liderar". Centeno concluía su radiografía afirmando que "si la derecha quiere atacarla, que no se centre en comentarios que sólo denotan envidia; su punto débil estilístico ha sido cuando se ha concedido el lujo de defender a una marca low cost como es Zara. Será muy patriótico y la tierriña le tirará mucho, pero la moda rápida y el ecosocialismo son sencillamente antagónicos".

En conclusión, su feminidad -y feminismo- son sus fuertes.