CASA REAL
85 años
Una fecha especial

La Reina Sofía celebra su cumpleaños más triste reconciliada con Don Juan Carlos pero sin poder estar con él

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La madre del Felipe VI se ha encontrado con su esposo con el que ha limado asperezas del pasado. A sus 85 años, vive con tristeza la ausencia de su hermano y el deterioro de su hermana.

La Reina Sofía el pasado viernes, en un acto de la Universidad Camilo José Cela.
La Reina Sofía el pasado viernes, en un acto de la Universidad Camilo José Cela.GTRES

La Reina Sofía está viviendo estos días una montaña rusa de emociones contrapuestas. Quizá demasiado intensas para alguien que, pese a su estupendo aspecto físico y la actividad pública que mantiene, un total de 20 actos oficiales este 2023 incluidos un viaje a Roma y un gira por Texas, cumple este 2 de noviembre 85 años. Cumpleaños que se ha visto empañado por la ausencia de Don Juan Carlos, que esperaba celebrar con su esposa esa icónica cifra, pero al impedírsele pernoctar en Zarzuela, decidió marcharse a Londres el mismo 31 por la noche tras la fiesta por la mayoría de edad de su nieta Leonor en el Pardo.

Esa amalgama de alegrías y tristezas ha sido, como reconoce a LOC un allegado a la Emérita, el principal motivo de su "derrumbe" el pasado viernes, durante el homenaje en la Universidad Camilo José Cela a su gran amigo Emilio Lora-Tamayo, aquejado de una enfermedad degenerativa y conectado a un respirador. Cuando rememoraba los buenos tiempos vividos en sus estancias en el Coto de Doñana, a Doña Sofía se le quebró la voz y rompió a llorar, escena nada habitual en una mujer de su entereza y autodominio. Hay que remontarse al funeral por Don Juan, a las exequias por los 62 militares españoles muertos en el accidente aéreo del Yakovlev y, recientemente, al funeral por su hermano Constantino en enero.

La reina emérita Sofía se emociona en un acto de la Universidad Camilo José Cela

Octubre ha sido especialmente intenso para Doña Sofía, que el martes celebró un adelanto de su cumpleaños gracias a esa concurrida fiesta familiar que los Reyes organizaron en el palacio de El Pardo por los 18 años de Leonor. Como en las grandes ocasiones, se dieron cita, además de Don Juan Carlos, las Infantas Elena y Cristina, que dadas las tensiones familiares no suelen prodigarse en eventos del Rey Felipe y la mayoría de sus ocho nietos, salvo Victoria Federica, de viaje en Perú, y Juan Urdangarin, residente en Londres. También su hermana Irene y su cuñada, Ana María, viuda de Constantino, con su primogénita Alexia, la infanta Margarita con su marido e hijos, los Gómez Acebo, los duques de Calabria, los Bulgaria, los Borbón-Dos Sicilias y otros parientes e íntimos. Por parte de Doña Letizia, estaban invitados Paloma Rocasolano y Jesús Ortiz con sus actuales parejas, y su hermana Telma con Robert Gavin, aunque no se les vio llegar al palacio.

En los recientes Princesa de Asturias.
En los recientes Princesa de Asturias.GTRES

La reunión habría sido soñada para Doña Sofía por congregar a tantos allegados, lo que no ocurría desde su 80 cumpleaños en 2018, si no la hubieran precedido circunstancias menos felices. La primera, el veto de Zarzuela a que asistiera a la jura de Leonor en el Congreso y a su posterior imposición del collar de Carlos III en el Palacio Real. Inicialmente se valoró que estuviera en la tribuna de invitados, además la relación con su nieta es muy buena como se comprobó en los recientes Premios Princesa de Asturias, cuya ceremonia sí presenció desde un palco del Teatro Campoamor. Leonor estuvo muy cariñosa con su abuela y la cordialidad imperó también con la Reina Letizia, como se vio cuando Doña Sofía retiró el pelo a su nieta para admirar sus pendientes de Bulgari y su nuera le explicó que se los regalaron cuando nació.

Quería reunirse con su marido cuando ha venido a Sanxenxo, pero se lo han desaconsejado

Finalmente se descartó que acudiera al Congreso para evitar agravios comparativos con Don Juan Carlos, cuya presencia se denegó. El Rey padre tenía ilusión por acudir al acto, aduce además que fue artífice de la Constitución del 78 y cuando la juró el Príncipe, su abuelo don Juan asistió desde un lugar preponderante. Sin embargo, no quiso enturbiar un día tan señalado para su nieta y acató la decisión de Zarzuela, resignándose a ser solo un invitado más al ágape familiar. Su idea era estar unos días en Madrid con la familia y amigos, y pasar con Doña Sofía su icónico 85 cumpleaños, pero de nuevo la prohibición de que se alojara en su hogar de Zarzuela trastocó sus planes. Según una fuente de su entorno, "el Gobierno Sánchez se cerró nuevamente en banda y la Casa Real no deseaba polémicas, así que Don Juan Carlos optó por marcharse esa misma noche del martes a Londres, tras la celebración. No está dispuesto a tener que alojarse en casa de su hija Elena o aceptar la hospitalidad de algún amigo".

La decisión entristeció a Doña Sofía, pues el matrimonio, tras la desaparición de escena de Corina Larssen, limó asperezas y hoy mantienen una relación amistosa. Aunque el exilio del Emérito en Abu Dabi desde agosto de 2020 les ha impedido acompañarse en la vejez, hablan a menudo por videoconferencia, especialmente ahora que vive allí su nieto Froilán. Sin embargo, se han encontrado poco y casi siempre en el extranjero, como en el funeral por Isabel de Inglaterra, en las exequias por Constantino de Grecia, en la boda de Husseín, el heredero jordano, y en junio, en la graduación de su nieta Irene en Ginebra, una cumbre Borbón a la que los Reyes y sus hijas no asistieron. "Doña Sofía hubiera querido reunirse con su marido cuando ha venido a Sanxenxo o visitarle en Abu Dabi, pero se lo han desaconsejado, ya que mantiene activo su papel institucional, y la polémica que acompaña a su esposo podría salpicar a la Corona. No obstante, aparte de sus encuentros públicos en el extranjero, me han comentado que se han reunido alguna vez más en viajes fuera de España que no han trascendido", revela su allegado.

El exilio de su marido, unido a la añoranza que aún siente por su hermano Constantino, fallecido en enero, y los problemas de memoria que empieza a mostrar su hermana Irene, que reside con ella en Zarzuela, acentúan su soledad y la nostalgia al recordar esos "buenos tiempos vividos".