Hay una leyenda en las islas apenas recordada, de la que ni siquiera se ha escrito. Durante el solsticio de verano, el Faicán, el sacerdote supremo de los aborígenes, subía a una de las cimas de Gran Canaria para rendir culto a la espiral, un laberin
Hazte Premium desde 1€ el primer mes
Aprovecha esta oferta por tiempo limitado y accede a todo el contenido web
Si lo prefieres