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Los alemanes aflojan el bolsillo en la Oktoberfest pese a la subida de los precios

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Casi 3,5 millones de personas han pasado ya por el recinto ferial, consumiendo 5,6 millones de litros de cerveza en menos de dos semanas

Un grupo de mujeres levantan sus jarras durante la Oktoberfest de 2018.
Un grupo de mujeres levantan sus jarras durante la Oktoberfest de 2018.AP

Qué. La fiesta alemana por excelencia alcanza su ecuador con un consumo de 5,6 millones de litros de cerveza y cerca de 3,5 millones de personas han pasado ya por el recinto ferial.

Quién. Nacionales y extranjeros disfrutan de las tradiciones de este evento: la jarra se agarra sólo por el asa, es obligatorio brindar con todos los que están sentados en la misma mesa o los distintos significados del lazo del mandil de las mujeres.

Baviera nada estos días en cerveza. Los precios han subido en la Oktoberfest, pero cuando el tiempo acompaña y se ha bebido el primer litro, que así es como se sirve la cerveza, por litros, el bolsillo se afloja. Unos 14,5 euros por jarra y los cerca de 3,5 millones personas que han pasado por el recinto ferial ya se han bebido 5,6 millones de litros.

Para vivir la Oktoberfest hay que ponerse unos pantalones cortos de cuero o un dirndl, el trajecito que llevan ellas, y beber como si no hubiera un mañana. Pero no basta. Hay que saber, por ejemplo, que la Oktoberfest la inaugura el alcalde de Múnich con la exclamación ¡O'zapft!, algo así como "se puede aprovechar" una vez abierto el primer barril de cerveza con mazo y grifo. El acto siempre tiene lugar un sábado y tiene su ritual. Se cuenta con escrupulosa precisión cuántos golpes necesita el jefe de la ciudad para abrir el barril. El alcalde Thomas Wimmer, fundador de la tradición en septiembre de 1950, necesitó 17 golpes. Los plusmarquistas Christian Ude y su sucesor Dieter Reiter sólo dieron dos golpes.

Quien vaya a la Oktoberfest ha de saber que las grandes cervecerías muniquesas elaboran una variedad especial con más alcohol. La técnica correcta para sujetar la pesada jarra de cristal es importante: no se pasa la mano por el asa ni se agarra el vaso con la palma de la mano, sino que simplemente se sujeta el asa. De este modo, uno evita aplastarse los dedos al brindar con el vecino porque brindar con todos los que están sentados en la misma mesa es obligatorio, sobre todo cuando la banda de música anima a los invitados a beber cantando Prosit ("Ein Prosit, ein Prosit der Gemütlichkeit. Oans. Zwoa. G'suffa!") -una forma muy exitosa de aumentar las ventas de cerveza pero imposible de pronunciar-.

Más fácil es lidiar con la gramática, porque en Baviera, que como en el resto del país no se pasa al tuteo si la persona de más edad no lo dice expresamente, está permitido durante la Oktoberfest dejarse en casa el usted. Los camareros llevan por esa razón una pinza con su nombre en el dirndl o en los tirantes de los pantalones. Para quien no le guste la cerveza, la Oktoberfest también es un lugar adecuado, pues el vino siempre formó y forma parte de la fiesta. Desde 1984 existe incluso una carpa del vino en la que se ofrecen más de 15 tipos de vino, vino espumoso y champán. El tiempo máximo de permanencia en esa carpa es cuatro horas.

El ambiente en la Oktoberfest es bullicioso, alegre y achispado. Se dan las condiciones para ligar pues como la tradición es sexista a los hombres se le dan pistas. Por ejemplo, si el lazo del mandil que llevan las mujeres está atado a la izquierda significa que está soltera. Si está a la derecha es que tiene pareja o está casada y si el lazo va atrás es que sigue siendo virgen. Hay visitantes que nunca han oído hablar de esta costumbre y se atan el delantal al azar, pero para eso están los matones de las carpas, tipos como armarios que actúan sin piedad contra el acoso, neutralizan a quien se desmadre, impiden que la gente baile encima de las mesas y aseguran a camareras y camareros vía libre a los clientes, cargados como van de jarras de cervezas y fuentes de salchichas, albóndigas y codillo.

Dicen que la Oktoberfest este año es la más segura. La Policía ha movilizado a 650 agentes y a un centenar de paisano, incluidos especialistas en carteristas. Cuando acabe la fiesta, habrá estadísticas.