Tras 10 etapas en línea y una crono por equipos, el Tour de Francia 2011 exhibe su plumaje de importancia. Mark Cavendish, el mejor sprinter del mundo, cantó en Lavaur su tercera victoria, a 44,4 km por hora de promedio en un día gris con chaparrones intensos intermitentes. [Narración]

Los demás vencedores individuales hasta ahora rivalizan en carisma llaneador con el inglés de Man: Andre Greipel, Tyler Farrar, Boasson Hagen... Se salen del molde velocístico Philippe Gilbert, clasicómano que incluso se plantea en este Tour un puestecito en la general final, Luis León Sánchez, Rui Costa y, sobre todo, Cadel Evans, el día en que Alberto Contador, con la rodilla derecha amoratada, rozó el palo en el 'Muro' de Bretaña.

En el apartado de líderes, tres selectos: el citado Gilbert, el campeón del mundo Thor Hushovd -siete jornadas que lo han alzado al escalón de fortachón completo- y el héroe local Thomas Voeckler, que llama a las puertas de los Pirineos vestido de amarillo por tercer día consecutivo y la esperanza de retener la prenda en la cima de Luz Ardiden, este jueves, cuando comenzará la carrera de los favoritos al triunfo absoluto.

En el apartado de accidentes, caídas y abandonos (21), la nómina es tanto o más selecta, lo que deja un poso de amargura a un espectador que puede sentirse robado ahora mismo, ya que los aspirantes de segundo nivel, que frecuentemente aportan a las carreras la especias más sabrosas, se recuperan de fracturas óseas de diversa consideración. Eso, antes de considerar o comprobar el efecto de los accidentes en el rendidmiento de Alberto Contador o Robert Gesink, los escaladores más espectaculares del momento.

La cordillera sur francesa, la fronteriza con España, dará respuestas que ni el recorrido ni las circunstancias -trazados, diluvios, accidentes- han permitido ni siquiera aventurar hasta este momento preciso.

En esta segunda fase del Tour de Francia, ya no quedarán más oportunidades para los sprinters que los domingos, el próximo en Montpellier y el siguiente en los Campos Elíseos. Muchos locales y multitud de extranjeros pasarán el día de la patria francesa de este jueves en las rampas del Tourmalet o de Luz Ardiden, aunque la fiesta empezará con una ascensión inédita en el Tour.

Los Pirineos aún son capaces de ofrecer novedades como ese 'primera categoría' que abrirá el baile de los escaladores, la Hourquette d'Anzizan, un puerto de casi 10 kilómetros y unos 700 metros de desnivel (pendiente media del 7,5%). Después, los clásicos: Tourmalet y Luz Ardiden, que suman 32 kilómetros de dura ascensión.

El viernes no esperen batalla entre los favoritos en la llegada a Lourdes en una etapa con el Aubisque demasiado lejos de la meta, territorio acaso para que José Joaquín Rojas intente en una escapada reconquistar el maillot verde que se ganó Cavendish con su tercera victoria de etapa.

Será el sábado cuando acabará el ciclo pirenaico con seis ascensiones, todas exigentes, en especial la última en el Plateau de Beille.