La Iglesia Católica va a crear, desde este mes de enero, su primer ordinariato para los religiosos anglicanos que abandonen esta institución y se unan al catolicismo.

Cinco obispos de la Iglesia de Inglaterra ya han solicitado su conversión para entrar en este ordinariato, una subdivisión eclesiástica que mantendrá algunas de las tradiciones de anglicanas, y se espera que unos 30 grupos de feligreses también hagan lo mismo, según han explicado fuentes de la Iglesia Católica.

Todavía no se sabe cuántos sacerdotes se pueden convertir al catolicismo, en un movimiento motivado por la oposición de los más tradicionalistas a los planes de la Iglesia de Inglaterra de ordenar como obispos a mujeres. Los sacerdotes anglicanos casados serán aceptados pero no así los obispos que no pueden mantener su estatus superior.

El arzobispo de Westminster, Vicent Nichols, máximo representantes de la Iglesia Romana en Inglaterra y Gales, ha advertido de que la decisión está ahora en manos "de los que se encuentran en la comunión anglicana, o en sus alrededores".

En cualquier caso, Nichols ha asegurado que el catolicismo está "abierto a cualquier forma en la que se pueda desarrollar, tanto si se convierten en algo importante con el tiempo o si se absorben en las diócesis católicas".

El Papa Benedicto XVI ofreció el año pasado crear estos ordinariatos para los anglicanos más tradicionalistas, sobre todo para los llamados "anglo-católicos", cuya liturgia se encuentra cerca de la práctica romana. Otros grupos de anglicanos en Australia y América del Norte también han expresado su interés en cambiar de rito.

La oferta, sin embargo, causó una gran tensión entre Roma y la Iglesia de Inglaterra, donde muchos sintieron el anuncio como una amenaza a su credo. No así el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, quien recibió calurosamente al Papa durante su visita a Reino Unido, en septiembre, y hasta se reunió con él en el Vaticano, asegurando que no ve esto como un movimiento agresivo.

"Queda por ver qué magnitud tiene el movimiento del que estamos hablando", ha asegurado. "Habrá algunas parroquias sin sacerdotes, así que tenemos un desafío práctico aquí y allá".

Niegan rivalidad entre ambas Iglesias

La Iglesia Católica ha anunciado que cinco obispos anglicanos podrían ser ordenados como sacerdotes católicos en enero, un paso necesario porque el Vaticano no reconoce las ordenaciones anglicanas.

Después de este procedimiento relativamente rápido, que se encargaría de supervisar la preparación espiritual de los sacerdotes anglicanos con ideas similares, su entrada en la institución romana podría producirse directamente el próximo 24 de abril, día de Domingo de Pascua.

Además, los ex sacerdotes anglicanos aceptados serían ordenados como curas católicos antes de Pentecostés, el próximo 12 de junio.

El obispo Alan Hopes, un ex sacerdote anglicano que es ahora uno de los principales oficiales católicos que tratan con el ordinariato, dijo a los periodistas que "por el momento, hay 30 grupos que conformarán el establecimiento inicial del ordinariato".

La Iglesia Católica destinará unos 280.000 euros a configurar esta subdivisión religiosa, añadiendo más peso a la carga financiera de una Iglesia que aún debe 3,3 millones de euros por la visita del Papa Benedicto XVI el pasado mes de septiembre.

Nichols restó hierro a la oferta, por la que "no se sentía culpable", puesto que se produjo en respuesta a las peticiones de los anglicanos mismos.

"Esto no es un proceso de rivalidad o competencia entre nuestras dos iglesias y de hecho creemos que la fuerza mutua es muy importante porque tenemos una misión compartida", añadió.

Los mayores problemas podrían surgir si alguno de los conversos quiere mantener su comunidad y su iglesia. Sin embargo, el arzobispo de Canterbury ha asegurado que, en un momento dado, hasta se podrían compartir entre las distintas congregaciones.

"No estamos buscando, por así decirlo, adquirir propiedades en absoluto", aseguran desde la Iglesia Católica. "La forma más sencilla es que los que se están convirtiendo al catolicismo usen nuestras iglesias católicas".

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