TOROS

Huesca

Paquirri: la sombra de Pozoblanco, 31 años después

  • La cogida de Rivera Ordóñez recordó a la que costó la vida a su padre

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A la izquierda, 'Avispado' cornea mortalmente a Paquirri. A la derecha, la grave cogida anteayer de Rivera. APLAUSOS.ES/ EL MUNDO.

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Cerca de 31 años y casi 600 kilómetros separan ambas imágenes. Lo que va del 26 de septiembre de 1984 al 10 de agosto de 2015. De Pozoblanco a Huesca. De Avispado a Freidor. De Paquirri a Paquirri Jr. Y se hace inevitable echar la la vista atrás y establecer una trágica comparativa. Otra vez en el cuarto toro de la tarde, de nuevo toreando de capote. Los dos en los medios, de azul y oro. Ambos en el tramo final de su carrera...Y padre e hijo colgados del pitón de un toro, a su merced, en unos segundos que se hicieron eternos.

Francisco Rivera, en su vuelta a los ruedos este año, ya había sufrido varios sustos hasta la gravísima cornada de ayer en la Feria de San Lorenzo. Desde el primero el día de su reaparición en Olivenza hasta el sufrido un día antes en Marbella. Y estaba siendo muy comentado su pasado estado de forma... "Como le coja un toro...". Y le cogió. Y le hirió de extrema gravedad. Una cornada de 25 cm. que, según el parte médico, "atraviesa el músculo oblicuo mayor y el transverso del abdomen y penetra en la cavidad abdominal y contunde la arteria ilíaca, diseca colón ascendente y llega al espacio retro peritoneal; desgarrando el músculo psoas, disecando la aorta y alcanzando el cuerpo vertebral de L3". Pronóstico muy grave. Un tabacazo. Un milagro vista la violencia con la que el toro de Albarreal le levanta del suelo.

Los tiempos han cambiado y la medicina ha evolucionado. Y las enfermerías y los médicos hacen posible hoy en día que, por ejemplo, Francisco Rivera Ordóñez siga hoy con vida. Todo gracias a la rápida intervención del equipo comandado por el doctor Enrique Crespo, que confesaba lo "terrible", de la herida y que "podía haberlo matado en el mismo ruedo".

Hace 31 años, Francisco Rivera Paquirri, el padre, tuvo menos suerte en aquel 'cartel maldito' con El Soro y con El Yiyo, que un año después moría corneado en Colmenar Viejo. La brutal cogida de 'Avispado' le partió el muslo derecho rompiendo las venas safena y femoral. El caos se apoderó entonces de una enfermería con precarias condiciones. "¡Llamar al doctor Vila!", gritaba Paquirri antes de "dejar en sus manos", al cirujano de Pozoblanco aquella terrible herida.

La última vía de salvación la buscaron en Córdoba, en el Hospital Militar preparado para operar a Paquirri, que consumía su último hilo de vida por una angosta carretera donde la agonía se hizo terrible. A pocos kilómetros de Córdoba, Paquirri moría. Y nacía la leyenda. Sus hijos, Francisco y Cayetano, siguieron años después su testigo en los ruedos. Y ayer, en Huesca, el primero a punto estuvo de dar continuidad a esa leyenda negra. La tragedia sobrevoló la plaza, pero por fortuna, Francisco podrá contarlo.

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