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El origen de las frases hechas

Qué significa la expresión "lágrimas de cocodrilo" y de dónde viene

Actualizado

Esta frase es empleada desde hace siglos para señalar a golpe de metáfora a un hipócrita

Ejemplar de cocodrilo, con la boca cerrada y ojos abiertos.
pexels

Cuando alguien, después de hacer daño a otra persona, se echa a llorar o a lamentarse amargamente, se dice que las suyas son lágrimas de cocodrilo. Esta expresión es empleada desde hace siglos para señalar a golpe de metáfora a un hipócrita que finge un dolor o tristeza. Pero, ¿de dónde viene esa frase? ¿Es cierto que los cocodrilos lloran?

Empezando por la segunda pregunta, sí, los cocodrilos lloran. De hecho, todos los animales vertebrados lo hacen. En primer lugar, porque se trata de un mecanismo de limpieza de los ojos, una película de agua, mucosidad y lípidos que ayudan a hidratar y mantener sano el órgano de la vista. Pero muchos de ellos también lagrimean para enviar señales al exterior, como cuando sufren dolor o están asustados.

En el caso de los reptiles más grandes que habitan en el planeta, los crocodilios (Crocodilia), sus lágrimas están documentadas desde al menos la baja Edad Media. El monje franciscano Bartholomaeus de Glanville, físico y naturalista, ya dejó por escrito en 1250 que los cocodrilos tenían la capacidad de derramar lágrimas de hipocresía, un llanto que brotaba cuando el animal devoraba a sus presas, según la antigua creencia.

La ciencia ha aclarado que sus lágrimas no tienen nada que ver con la pena que le da engullir a sus víctimas, sino más bien a una cuestión meramente digestiva: de los ojos del cocodrilo emanan lágrimas para lubricar su cavidad orofaringea y así facilitar el paso de la carne hasta el estómago. Este proceso fisiológico va acompañado de unos sonidos que recuerdan a quejidos y llantos, lo que en hace siglos ayudó a confundir las lágrimas del reptil con una suerte de pena por tener que matar para sobrevivir.

También en la cultura se lleva siglos empleando esta metáfora, ya sea en canciones, libros o crónicas políticas. Ya la parafraseó el mismísimo William Shakespeare cuando su personaje Otelo espetó: "¡Demonio, demonio! Si la tierra concibiese con llanto de mujer, de cada lágrima saldría un cocodrilo. ¡Fuera de mi vista!". No en vano, estos animales de apariencia prehistórica han sido venerados y temidos a lo largo de la historia.

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