El Siglo de las Luces resultó ser el siglo de las sombras para las mujeres. La prostitución era una actividad muy frecuente en la Inglaterra del siglo XVIII. Se calcula que en Londres, una de cada cinco mujeres era prostituta. Sólo en los barrios bajos había unas 2.000 personas que hacían la calle por unos pocos chelines y procedían de diversas nacionalidades. Poblaban los bares, pero también se encontraban cerca de teatros y establecimientos de ocio masculino, en burdeles donde los hombres bebían y disfrutaban de espectáculos eróticos, muchas veces protagonizados por menores de edad.

Ambientada en esa época, Cosmo estrena el próximo domingo Harlots: Cortesanas, una serie que en ocho capítulos se zambulle con realismo en el mundo de la prostitución de lujo de la época y muestra una curiosa perspectiva del negocio. Margaret Wells (Samantha Morton) y Lydia Quigley (Lesley Manville) son las dueñas de dos burdeles que compiten por captar clientela, la rivalidad que surge entre ella sirve de hilo conductor para desnudar una de las actividades comerciales más prolíficas de la época: el sexo.

La crítica ha bautizado la serie como una visión moderna del sexo en el siglo XVIII

Margaret, desde su burdel de Covent Garden, lucha por sacar adelante a sus hijas: Charlotte (Jessica Brown Findlay), una glamourosa cortesana que busca su independencia y Lucy (Eloise Smyth), cuya virginidad se vende al mejor postor. En el otro lado de la ciudad, Lydia (Lesley Manville) ofrece a sus clientes los mismos servicios que su rival, pero con más clase. Sus chicas están preparadas para alternar con la alta sociedad.

Harlots Cortesanas

Jessica Brown Findlay y Lesley Manville, protagonistas de 'Harlots: Cortesanas'.

Coproducida por el canal británico ITV y la plataforma de streaming estadounidense Hulu, la serie ha seducido a la crítica norteamericana que la ha bautizado como "una visión moderna del sexo en el siglo XVIII".

“Esta ciudad está hecha con nuestra carne, cada viga, cada ladrillo… tendremos nuestra parte”. Samantha Morton lo tiene claro. “Mi personaje es una superviviente, se adapta por completo a su entorno. Ella es plenamente consciente de sus limitaciones, pero también de su poder”.

Por su parte, Lesley Manville, sostiene que la serie no es como te la puedes imaginar a priori. “En cuanto pude leer el guión de los dos primeros episodios me quedé lo suficientemente intrigada con mi personaje como para aceptar el contrato. No se puede ignorar el negocio que supuso la prostitución en esta época. Era escandaloso. Calles como la Greek Street en Soho fueron construidas para albergar tantos burdeles como fuera posible y otorgar a sus constructores grandes ganancias”.

No se puede ignorar el negocio que supuso la prostitución en esta época"

La historia de Harlots: Cortesanas está basada en Harris’s List of Covent Garden Ladies, un libro que publicaba la vida de estas mujeres, una lista una completa de nombres, características y cualidades de las mejores prostitutas de la época. Entrar en las lista de Harry era una forma de ganar puntos entre la clientela.

Las chicas de Harlots: Cortesanas no son intencionadamente glamourosas, ni eróticas, muestran la prostitución sin tapujos, sin censurar los peligros que conlleva. El éxito de esta producción radica en que está escrita, dirigida y producida por mujeres. “Está contada a través de la mirada de las mujeres y no con la mirada puesta en ellas. Lo importante es cómo ven el mundo y no cómo son vistas por los hombres”, desvela Alison Owen, productora de la serie.

Con una cuidada ambientación, la serie dibuja unos personajes complejos y astutos, que van creciendo con el paso del tiempo. Igual que sus clientes, ellas también tienen ambiciones y metas para prosperar en la vida. Eso sí, ellas emplean el sexo para convertirse en independientes. “El matrimonio no es ni para los perros. El dinero es el único poder de las mujeres”.