A. campanulatus ‘Headbourne’
El género Agapanthus comprende varias especies de plantas perennes, originarias del sur de África, conocidas también como "agapanto", "flor del amor" o "lirio africano", muy fáciles de cultivar que producen espectaculares floraciones durante todo el período veraniego.
Son plantas con raíz en rizoma y forman auténticas matas con sus hojas lineares, robustas, encorvadas hacia abajo. Existen plantas de hoja caduca y de hoja perenne que son las más difundidas y conocidas, con hojas más anchas y largas que las precedentes e inflorescencias más grandes.
Las flores se reúnen en inflorescencias de tipo umbela en los ápices de largos tallos florales, comúnmente de color azul más o menos intenso, a menudo matizados de violeta aunque existen variedad de flores blancas.
Tenemos numerosas especies de Agapanthus que pueden ser de hoja caduca o de hoja perenne pero todavía son más numerosos los híbridos que convierten el mundo de los Agapanthus en un universo extremadamente variado:
El agapanto campanulatus es indudablemente la especie más conocida y difundida con sus numerosos híbridos conocidos con el nombre de A. campanulatus ‘Headbourne’ a causa de sus llamativas inflorescencias
Entre las muchas especies de agapanto, es la más robusta y generalmente alcanza una altura de un metro. Son de hoja caduca porque pierde las hojas durante la estación invernal y la planta inverna como rizoma..
Es una planta que florece en el período veraniego.
La Agapanthus inapertus es una especie de hoja caduca originaria de Sudáfrica con flores de color azul más o menos intenso que brotan durante el período veraniego.
El Agapanthus africanus también conocida como Agapanthus umbellatus es una especie no muy difundida, originaria de Sudáfrica de la provincia del Cabo, bastante rara con flores blancas o más frecuentemente azul oscuro que aparecen al principio del otoño.
Agapanthus praecox es una especie de hojas perennes que produce flores de color azul más o menos intenso.
En España las Agapanthus más difundidas son las de hoja perenne con hojas e inflorescencias mucho más grandes con respecto a las de hoja caduca.
Es importante saber, en el momento de su adquisición, si se trata de una especie de hoja caduca o perenne de modo que se tengan en cuenta las exigencias de cultivo de la planta para tratarla en el modo justo porque son plantas que no admiten mucha manipulación.
Las plantas de Agapanthus de hoja caduca se pueden ser tener a cielo abierto todo el año solo en zonas donde las temperaturas no bajen bajo 0°C más que por períodos muy breves. En este caso bastará proteger la tierra con hojas o turba para asegurar la supervivencia de los rizomas. En caso contrario hace falta llevar la maceta al amparo situándola en una zona oscura de la casa en un lugar preparado para el frío. En ambos casos los riegos durante tales períodos tienen que ser extremadamente limitados, justo lo necesario para no dejar secar completamente el terreno. Por ende, si la maceta se tiene a cielo abierto, habrá que protegerla también con una hoja de plástico transparente.
Las Agapanthus de hoja perenne no pueden cultivarse al aire libre más que en las zonas donde las heladas sean muy poco frecuentes y duraderas. En caso contrario conviene tener las plantas en maceta y no en plena tierra y protegerlas durante el invierno. Sólo en las zonas donde las temperaturas invernales no bajen de -2°C se podrá tener las plantas al aire libre. Como máximo, se pueden estropear las hojas que pueden amarillear y caer pero los rizomas, logran resistir esas temperaturas.
Son plantas que generalmente se venden directamente en maceta y el trasplante tiene que ser efectuado en primavera avanzada. En consideración al hecho de que no toleran ser trasplantadas, conviene colocarlas a una distancia de al menos 60 cm entre planta y planta para cultivares de medianas dimensiones. De este modo, se pueden evitar ulteriores trasplantes por, al menos, 3-4 años.
A partir de la primavera, cuando se haya evitado el riesgo de las heladas primaverales, las plantas de Agapanthus pueden ser trasplantadas al aire libre o pueden sacarse de la protección invernal. Los rizomas deben plantarse a unos buenos 8 cm de profundidad colocando un solo agapanto en una maceta de 20 cm de diámetro y no más de 2 en una maceta de 25 cm de diámetro. Hay que tener en cuenta que producen numerosas nuevas plantas en la base.
Un buen sustrato consiste en una parte de tierra fértil, una de turba y una de arena, todas a partes iguales, teniendo cuidado de colocar en el fondo de la maceta numerosos trozos de barro para favorecer el drenaje del agua de riego.
Hasta el momento en que aparezcan los primeros brotes, la maceta con la planta debe tenerse en un lugar protegido y debe regarse con moderación. Durante este período es oportuno abonar cada dos/tres semanas usando un fertilizante líquido diluido en el agua de riego.
Generalmente las posiciones soleadas son óptimas para la planta de agapanto pero sería preferible que durante las horas más calientes del día no llegue el sol directo.
Durante el período vegetativo, por lo tanto a partir de la primavera y durante todo el verano, se riegan con generosidad pero evitando excesos y esperando que el sustrato se seque entre un riego y otro. Durante los otros períodos los riegos deben menguar notablemente, justo lo necesario para no dejar secar completamente la tierra.
No son plantas que toleren manipulaciones. Por eso, los trasplantes no deben efectuarse a menudo sino sólo cuando se presenta una necesidad real porque la maceta se ha vuelto demasiado pequeña para contener la planta.
A partir de la primavera se suministra a la planta un fertilizante líquido diluido en el agua de riego cada 2-3 semanas hasta el nacimiento de los nuevos brotes.
Para tener una abundante floración es importante fertilizar la planta cada dos/tres semanas hasta la aparición de los brotes, que ocurre durante el período veraniego para la mayoría de las especies.
Son plantas que no se podan. Se eliminan sólo las hojas y las flores que poco a poco secan para evitar que se conviertan en vehículo de enfermedades parasitarias
Las Agapanthus se multiplican por división de la planta que debe hacerse en primavera, o bien por semilla pero en este caso hace falta tener presente que pasarán antes muchos años para que la planta florezca.
No son plantas particularmente sometidas a plagas y enfermedades. Sus enemigos más frecuentes pueden ser:
Los caracoles perjudican las partes verdes de la planta devorando grandes trozos de hoja.
Remedios: si no se logra localizarlos para eliminarlos mecánicamente, pueden usarse los venenos adecuados, fácilmente localizables en un buen vivero.
Cuando se manipulen las plantas de Agapanthus es oportuno usar guantes porque contienen sustancias tóxicas que podrían provocar irritación del cutis y las mucosas.
