Image: Mireia Sentís, relatos iniciados

Image: Mireia Sentís, relatos iniciados

Exposiciones

Mireia Sentís, relatos iniciados

Corners

11 diciembre, 2008 01:00

Merce Cunningham, 2005

Galería Moriarty. Libertad, 22. Madrid. Hasta finales de diciembre. De 2.500 a 4.000 euros.

Sobre Mireia Sentís (Barcelona 1947) trazó un excelente repaso la retrospectiva que le dedicó este año el Círculo de Bellas Artes de Madrid, acompañada de un catálogo con un texto mágico de Steve Cannon y una impagable cronología de José Luis Gallero. La galería Moriarty prolonga aquella muestra, ampliando su parte final, dedicada a la serie Corners. En ella, Mireia Sentís fotografía esquinas de Manthattan que, en otra época, fueron testigo de algún suceso, recordado en un texto que acompaña a la imagen del lugar. El suceso puede ser que allí dispararon contra Andy Warhol, que por esas calles paseaba Diane Arbus buscando inspiración, o que estaba el kiosko de prensa al que acudía un Noam Chomsky quinceañero.

Muchos detalles hacen atractivo el proyecto: sin duda la selección de personajes, y el modo como Mireia Sentís los acerca o se distancia, adoptando en el relato el tono neutro de la tercera persona. Las imágenes no ilustran ni comentan: miran, señalan, sugieren puntos de conexión y fuga; los textos tienen la intensidad del relato breve, del resumen concentrado de una historia. Juntos parecen aforismos con imágenes, y tienen una eficacia extrema: historias contadas como si fuesen anónimas, sinopsis de biografías reales reinterpretadas. Un motivo abandonado, una ausencia, el tiempo transcurrido: imágenes para las que encuentra el medio, escala y soporte idóneos, consiguiendo que la representación evoque su memoria.

Significativa es la manera como apunta cuestiones sólo aparentemente laterales: las esquinas de las ciudades son espacios de encuentro, de diálogo y contraste, y Mireia Sentís se preocupa en no centrar la imagen en un motivo, sino en recrear el entorno. Como si buscase no inmortalizar el suceso, no darle sentido físico ni convertirlo en monumento: dejarlo simplemente en relato, en imagen fugaz, en eco vivido. Mostrar un modo de ver.