Alcachofas.

Alcachofas. Pixabay

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Alcachofa: todos los beneficios y propiedades de la verdura con corazón

La alcachofa tiene múltiples propiedades que benefician nuestro organismo, es muy versátil en la cocina y su preparación es mucho más fácil de lo que piensas.

27 septiembre, 2020 12:14

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La alcachofa es una de las verduras más completas y también más desconocidas para las nuevas generaciones. Que su preparación requiera de algo más de tiempo provoca cierto rechazo a la hora de meterla en la cesta de la compra, pero este superalimento de toda la vida debe estar en nuestra dieta y aquí vamos a darte las razones por las que deberías comerlas siempre que tengas la oportunidad. Las propiedades más destacadas de la flor de la alcachofera surgen de su alto contenido en fibra, agua e inulina que hacen de ella una aliada de la digestión, la quema de grasa y el control del colesterol, entre otros beneficios.

España el segundo país del mundo con mayor producción de alcachofa por detrás de Italia. Murcia y la Comunidad Valenciana son las reinas de su cultivo, más de un 30% del total mundial de este alimento histórico que surgió a orillas del Mediterráneo. La Fundación Española del Corazón la recomienda para prevenir y tratar el colesterol y la hipertensión gracias a sus fitoesteroles, pero entre sus beneficios también se encuentra la mejora de problemas derivados de una mala digestión, como diarreas o estreñimiento. También ayuda en las dietas de adelgazamiento porque su fibra genera sensación de saciedad y tiene muy pocas calorías. 

Sus propiedades diuréticas también son muy apreciadas puesto que elimina líquidos y toxinas. Sirve la alcachofa además para depurar el hígado, estimular la producción de bilis gracias a la cinarina y eliminar grasas. Es una gran compañera de las personas que tienen altos los niveles de ácido úrico, problemas en la vesícula o reuma. Asimismo, los expertos la recomiendan a los diabéticos por su alto contenido en inulina, un carbohidrato que se metaboliza lentamente formando fructosa en lugar de glucosa.

Valor nutricional de la alcachofa

El valor nutricional por 100 gramos de alcachofa es el siguiente:

Calorías: 53 kcal

Grasas totales: 0,34 g

Fibra: 5,4 g

Colesterol: 0 g

Hidratos de carbono: 10,51 g

Proteínas: 2,89 g

Vitamina C: 7,4 mg

Calcio: 21 mg

Magnesio: 42 mg

Fósforo: 73 mg

Potasio: 276 mg

Variedades de alcachofa

Aunque la Fundación Española de Nutrición (FEN) destaca que la variedad de alcachofa más extendida en España es la Blanca de Tudela, no es ni mucho menos la única variedad existente. De hecho, se dividen entre precoces (de otoño), las de ciclo medio (invierno y primavera) y las tardías (de invierno y primavera).

Entre las precoces están:

-Blanca de Tudela. Variedad dominante en España. Hojas de tonalidad verde clara, compactas, con forma cónico-cilíndrica y sin espinas.

-Imperial Star. Más grande que la anterior y con manchas de mayor tamaño. Coloración similar a la navarra.

-Lorca. Más alargada que las anteriores, es también de color verde pero tiene unas tonalidades violetas en las hojas cercanas al tallo. 

-Violeta de Provenza. Es de color violeta y verde. Procede de las zonas de Alicante y Murcia y se exporta a Francia principalmente.

Entre las de ciclo medio están:

-Green Globe. Hojas grandes de color verde claro. Tiene espinas.

-Harmony. También tiene espinas, es de color verde y tiene vetas de color rojizo. Forma cónica.

Entre las tardías están:

-Concerto. Con una tonalidad más oscura, las hojas adquieren un color rojo. Son carnosas y alargadas.

-Madrigal. Con un corazón parecido a la Blanca de Tudela, esta variedad sí tiene espinas. De hojas verdes, exhibe algunas manchas. Tiene forma cónica. 

-Opal. Color rojo y violáceo. Forma cónica y redondeada, con hojas largas y espinas.

Cómo preparar la alcachofa

Hemos enumerado las propiedades de la alcachofa y está claro que lo más acertado sería incorporarlas a nuestra cesta de la compra si no lo hemos hecho todavía; pero lo cierto es que muchas personas son reacias a ello porque su uso en la cocina no es tan sencillo como el de otras verduras. Pero no nos rendimos y hemos buscado las fórmulas más fáciles para saber cómo elegirlas, cómo conservarlas y cómo cocinarlas.

Primero, lo más importante es saber seleccionarlas en el mercado si es que no nos decantamos por las que están ya en conserva o congeladas, buenas opciones sí, pero perdiendo propiedades por el camino, como de costumbre. Las mejores alcachofas son las más anchas y pesadas en relación a su tamaño, con una base gruesa y compacta, bien formada y cerradas en la parte superior, que tendrá una tonalidad más clara de verde. 

Podemos saber si están frescas si presionamos un poco sus hojas y escuchamos el crujido. Si las hojas están blandas y se abren con facilidad, tienen manchas marrones en la base o el tallo negruzco, mejor será no meterlas en el cesto. Seleccionadas nuestras alcachofas ideales, podremos conservarlas una semana en la nevera dentro de una bolsa de plástico en la que las guardaremos enteras. Si el tallo no está muy corto, también podrán meterse en un recipiente con agua.

Si queremos congelar las alcachofas, tendremos que retirar las hojas externas, las que son más duras, y cortaremos la parte superior. Después, la cortaremos a la mitad, en cuartos u octavos y las escaldamos durante 5 minutos en agua hirviendo con limón (una cucharada de zumo por cada litro). Escaldadas, las pasamos por agua fría para cortar la cocción, escurrimos y secamos muy bien antes de meterlas en las bolsas de congelado.

Retiramos las hojas duras de las alcachofas

Retiramos las hojas duras de las alcachofas

Cómo tomar la alcachofa

Para cocinarlas en su punto, primero hay que limpiarlas y eso no supone ninguna pesadilla. Primero, cortamos el tallo de la flor; después arrancamos las hojas exteriores duras de color verde hasta llegar a las más tiernas de tonalidad más clara. Éstas pueden tener los extremos más duros y también hay que recortarlos. Finalmente, con ayuda de una puntilla, se termina de pelar la parte del tallo y se cortan según la elaboración que vayamos a hacer. Los trozos los vamos metiendo en un bol con agua y limón o naranja para evitar su oxidación.

A partir de ahí podemos usarlas para un sinfín de platos. Hemos destacado varias opciones en el recetario como estas alcachofas en salsa, un guiso de sepia con alcachofas y guisantes, las alcachofas fritas a modo de snack, alcachofas rellenas con salsa de jamón, pasta con salsa de alcachofas, habitas con almejas y alcachofas e incluso un sándwich con alcachofas y anchoas facilísimo de preparar. ¡Buen provecho!

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