Desde la carretera de Igueste de San Andrés la playa de El Balayo se me antoja irresistible. Es un fabuloso día de sol de enero, a mediodía, y quiero animar a Jesús, a Pedro y a Asún para que bajemos juntos hasta la orilla, aunque sea a mojarnos los pies.

Vuelta a la realidad, esto no es posible, porque el único camino aparente que lleva a esta playa está cerrado por una valla que indica que es propiedad privada. Pero ¿realmente lo es?

En el pleno de diciembre, Pedro Fernández Arcila, de Sí se Puede, solicitó al consistorio que recupere este camino, que está en el inventario de bienes municipales.

Sin embargo, la concejal de Medio Ambiente, Yuri Mas, aseguró que este camino era privado desde el kilómetro 4,2. Entonces, ¿por dónde se accede a la playa? "Por el barranco, pero es muy peligroso".

El inventario municipal es muy claro: "Camino que va desde el Valle de la Yegua hasta El Balayo". Dice que su longitud es de 900 metros, su ancho de 1,50 y que el estado es "plena posesión".

El área de Patrimonio del ayuntamiento matiza que existe una irregularidad, que "en su momento no se delimitó" el camino al inscribirlo. Algo así como poner que iba del kilómetro tal al cual. Así, a estas alturas, no saben qué parte es municipal ni qué parte es privada.

No obstante, los propios planos de Patrimonio señalan con una gran mancha azul la parte del Valle de la Yegua, pero dibujan perfectamente un sendero serpenteante desde la carretera a la playa de El Balayo que coincide con el que se puede ver en la zona privada.

Mas indicó que se ha solicitado a Costas que interviniera en este tema, ya que "todos los accesos a las playas deben de ser públicos" y que sobre el terreno se había dado cuenta de que "no hay otras opciones para bajar".

"No es una playa privada, pero existe un acceso privado desde la carretera de acceso de Igueste de San Andrés a una finca de un particular", afirman desde Costas.

La solución alternativa (y sorprendente) que ofrecen es que se acceda "por donde puedas, por el mar".

Estas afirmaciones convierten, de facto, en papel mojado el artículo 28 de la Ley de Costas, que establece que "la servidumbre de acceso público y gratuito al mar recaerá sobre los terrenos colindantes" y que "no se permitirán en ningún caso obras o instalaciones que interrumpan el acceso al mar sin que se proponga [...] una solución alternativa".

Samuel Suárez, presidente de la asociación de vecinos Haineto Príncipe de Anaga, explica que cuando se hizo la carretera de San Andrés (¿los años 70?), el propietario cerró el acceso, echó hormigón "y destruyó parte del camino". Hoy en día la única forma de acceder es "en barco o nadando", asegura. A todo esto se añade que el propietario de las edificaciones tiene "perros sueltos".

El Balayo la componen dos playas naturales de arena negra que son "más grandes que Las Gaviotas", explica Arcila.

Este considera decepcionante que, en primer lugar, el ayuntamiento ni se plantee recuperar un camino que es suyo y que deje el asunto en manos de Costas. "Se trata de un camino público, no de una servidumbre de acceso", sostiene.

Sí se Puede anuncia que "va a luchar" para que se recupere esta playa para todos. "Es un primer paso. Después solicitaremos que se ponga una parada de guagua en la carretera", añade ilusionada Asún Frías, también edil de la organización ecosocialista.

Todo parece indicar que ni Asún ni Pedro ni Jesús ni yo podremos disfrutar de esta playa a corto plazo. Porque El Balayo puede ser pública, pero si no hay acceso por tierra es como si fuera privada.