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Mario Barcenilla y Antonio Aranzadi, Presidente y vicepresidentes ejecutivos de AISA

“Arias Infraestructuras no es una aventura, es nuestro proyecto vital”

La confianza es clave en cualquier ámbito, y los nuevos dueños de Arias Infraestructuras SA (AISA) sin duda la atesoran. En su gestión confió el Grupo Abeirar para venderles la firma más antigua de su sector en la comunidad y la que más obra pública se adjudica. Ellos se han comprometido a mantenerla activa, con sede en Galicia y a respetar el empleo. Tras las pérdidas de 2017 por un mal trago en Bolivia y el saneamiento de las cuentas, regresan los beneficios. Al día en todos sus compromisos, situarán en la autonomía el epicentro de su actividad.

¿Por qué apostaron ustedes por Arias Infraestructuras?

M. Barcenilla (M.B.): Arias nace en 1955, es la empresa señera de la contrucción en Galicia. Había otra en Pontevedra, Malvar, que compró OHL y desapareció. Arias sigue desde entonces construyendo de todo. Tuvo su culmen en los 90, con las autovías a la Meseta.

A. Aranzadi (A.A:): Y con unos activos muy básicos, la maquinaria, una cantera que tiene el mejor árido de la provincia de A Coruña y unos equipos humanos con oficio. Aquí se emplean padres e hijos.

Pero el año pasado perdió casi seis millones... ¿por qué?

A.A.: Durante la crisis Arias sale fuera, como todas. Hoteles para NH en Bruselas, Francfort y Hamburgo. Carreteras, que es lo que mejor sé hacer, a Bolivia. Y los activos de Arias son de compás. Tu pinchas un compás en A Coruña, trazas la circunferencia y en lo que queda dentro no tienes rival. Pero ir a Sudamérica, con lo complicados que son esos mercados... Aquí el que empieza una obra la termina. En América pasan cuatro, cinco o seis por el proyecto.

¿Y se cumplió en Bolivia?

M.B.: Esta empresa acabó las obras y se acaba de inaugurar...

A.A.: Los 48 kilómetros, el pasado día 24, hace sólo una semana.

M.B.: Esa obra causó un daño económico muy fuerte, Bolivia fue un torpedo en la línea de flotación. Dañas el patrimonio y tienes que recapitalizar ese balance, y es lo que se ha hecho ahora a través de una operación mercantil.

¿Una reestructuración?

A.A.: Sí, una reestructuración patrimonial. Entras y llega el batacazo, se te queda la empresa en causa de disolución, y te preguntas: ¿Ésto tiene arreglo? Puedo mantener el empleo y la actividad? ¿Tiene futuro la empresa o está herida de muerte? Tiene. Pues la pasas por la UCI y le haces la reestructuración patrimonial. Una operación acordeón. Arias estaba bien capitalizada, tenía un millón novecientos mil euros. Si acumulas tantas pérdidas que no puedes mantener ese capital social, lo reduces. Las pérdidas han sido más que compensadas y saneadas, ya que el patrimonio se mantiene por encima del millón de euros.

M.B.: Arias aguantó el tirón con esta reordenación porque ahorró durante años. ¿Ahora tienes muy pocos? Sí, pero garantizas empleo, actividad y sigues siendo la empresa señera que eres en Galicia.

A.A.: Para nosotros está absorbido el impacto, y ahora toca trabajar. Borrón y cuenta nueva.

¿Y no hubo posibilidad de un arbitraje internacional?

M.B.: No, porque el tipo de contrato no ampara esa posibilidad.

A.A.: Lo primero que miramos.

¿Y cuál es la moraleja a la que han llegado como empresa?

A.A.: A centrarnos en nuestros activos, nuestras fortalezas, y en la teoría del compás. ¿Dónde somos competitivos? En Galicia.

M.B.: El plan de negocio se vincula al margen en Galicia, tenemos conocimiento para hacerlo. Zapatero a tus zapatos. Pero también nos toca diversificar. Arias estuvo muy ligada tradicionalmente a la conservación de infraestructuras, esa actividad se perdió y queremos recuperarla. Y entrar en otros servicios públicos como la recogida de residuos sólidos, limpieza urbana y etcétera. Mantenimiento de redes de abastecimiento, saneamiento... También infraestructuras para el coche eléctrico.

Tras el mal trago boliviano y capeada la causa de disolución... ¿se encara la recuperación?

A.A.: Si. AISA está al día en todos los compromisos de pago mercantiles, laborales, fiscales y financieros. Mantuvimos de forma íntegra la financiación bancaria y las pólizas aseguradoras. Sin apoyo de ningún fondo de inversión por ahora. Vamos a recuperar la confianza de la banca y a entrar en los márgenes del sector. Nuestra idea es mantener una facturación anual de 30 millones con un 5 % de rentabilidad, 1,5 millones de margen sobre el volumen de negocio. Si lo cumplimos, de aquí a tres años tenemos la empresa si no como antes de la crisis, casi.

M.B.: Hay apoyo, hay apoyo bancario y eso se agradece. También mantenemos la cartera de obra por encima de los treinta millones, un año de trabajo. Nuestro objetico es ampliarla con contratos a más largo plazo.

¿Por qué se meten en este lío?

A.A.: Somos profesionales, somos ejecutivos y queremos hacer de Arias nuestro proyecto vital. La crisis nos afectó, como a tantos otros, pero de aquí nos jubilaremos, no venimos a especular.

M.B.: Eso es un mensaje fundamental. Hemos sido empleados en diferentes puestos directivos, y ahora la gente nos pregunta si estamos un poco locos. Pues no, esto ya lo hemos hecho en otras ocasiones y hoy es una oportunidad. Hacemos de Arias nuestro proyecto vital y pretendemos devolverla al lugar que siempre tuvo.

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01 sep 2018 / 22:27
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