Los viejos fantasmas de Yolanda Díaz vuelven el 18-F: Beiras e Iglesias ponen en jaque a Sumar

La reconciliación del nacionalismo gallego ha puesto en jaque a Sumar a un mes de las elecciones del 18 de febrero. Anova-Irmandade Nacionalista, la escisión del BNG que comandó el histórico Xosé Manuel Beiras, ha vuelto a casa. Doce años después de la asamblea de Amio (Santiago), cuando acordaron romper con la nave nodriza y volar en solitario con Izquierda Unida y Podemos, las dos fuerzas han hecho las paces y reman juntas para que Ana Pontón, la candidata del Bloque que lidera la oposición, compita con garantías ante el PP y Alfonso Rueda. Un fantasma del pasado que perturba a Yolanda Díaz antes de la cita con las urnas. Pero no el único. Otro de sus enemigos íntimos, Pablo Iglesias, ha pedido públicamente el voto para los nacionalistas.

Lo curioso en la reconciliación de Anova y el BNG y su relación con Sumar viene del quién es quién en esta historia. Martiño Noriega, portavoz nacional de Anova y médico de profesión, fue uno de los nombres que tanteó personalmente a la vicepresidenta del Gobierno para encabezar la candidatura de Sumar por Galicia. Lo intentó varias veces hasta el no definitivo, que lo fue también de Anova para coaligarse con sus antiguos socios de En Marea y Galicia en Común.

La otra cuestión es que la actual candidata de Sumar, Marta Lois, fue la número dos en el Gobierno local de Martiño Noriega en Santiago de 2015 a 2019. También la voz de Compostela Aberta —donde se agrupaban Esquerda Unida, Anova y Podemos— en la siguiente legislatura, hasta junio de 2023, cuando dio el salto al Congreso de la mano de Yolanda Díaz, con quien comparte amistad y años de militancia política.

Lois liderará una candidatura que tendrá a su antiguo jefe y líder enfrente, apoyando al BNG, lo que deja a Sumar en un brete, porque se van achicando sus espacios electorales, que bebían de una base común. Una suerte que también comparte con Podemos Galicia. Y para rizar el rizo, Pablo Iglesias ha pedido públicamente el voto para el BNG, tras pronunciarse en contra de una lista conjunta en Galicia, en perjuicio de su propia candidata, la exedil coruñesa Isabel Faraldo.

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Iglesias desembarcó por primera vez en la política gallega en 2012 como asesor de AGE (Alternativa Galega de Esquerdas), la alianza que amasaron, precisamente, Xosé Manuel Beiras —tras romper con el BNG— y Yolanda Díaz, que entonces era la única mujer que aspiraba a la presidencia de la Xunta bajo las siglas de Izquierda Unida. El experimento funcionó los primeros años y fraguó la estrecha amistad de la que hicieron gala Iglesias y la ministra de Trabajo durante años, hasta el estallido final de un volcán que escupe su ajuste de cuentas en las votaciones parlamentarias.

Reconciliación

Anova ya había rechazado integrarse en Sumar y este fin de semana escenificó el reencuentro que muchos en la órbita nacionalista ansiaban volver a ver: Pontón, arropada por el padre fundador del BNG, Beiras, y por el exalcalde de Santiago de Compostela, Martiño Noriega, uno de los pilares de la política galaica.

Era un as en la manga que se guardaba la dirección del BNG para la traca final de la precampaña. Lo rubricaron con un "acuerdo de colaboración" entre las partes para concentrar el voto en el Bloque y firmar "un acto de responsabilidad con la ciudadanía gallega". No hay cuotas por siglas, ni cambios en las listas, ni reintegración en la casa grande. Anova se ha puesto "a disposición" para desencadenar "un cambio urgente", manifestó Noriega.

“El BNG tiene la posibilidad de presidir la Xunta por primera vez”, declaró Ana Pontón Mondelo. No lo dice, pero sería, necesariamente, con un acuerdo con el PSdeG, como mínimo. Los nacionalistas se ven en buena forma para el 18-F y confían en seguir por delante de los socialistas, liderados por José Ramón Gómez Besteiro, al que en 2020 ya relegaron a la tercera posición en la Cámara gallega.

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El Bloque lleva meses de trabajos previos con una candidata consolidada como líder de la oposición, que ha templado su discurso y penetra en el ámbito laboral a través del sindicato CIG, con una agenda muy cuidada que va tocando todos los palos, de la ecología al transporte contra los intereses del "expolio energético", pasando por el rescate a las autopistas, la igualdad en el deporte o el medio rural. Las críticas a la candidata nacionalista llegan por la falta de experiencia laboral fuera del Parlamento de Galicia, donde ha sido diputada durante 20 años consecutivos.

Sumar intenta esquivar el golpe e impulsar a Marta Lois. La candidata trata de comprimir su agenda en tierras gallegas (cuando sus compromisos parlamentarios se lo permiten) y se multiplica los fines de semana en las playas, con los pellets, y en Vigo, con el Círculo de Empresarios de Galicia. Fue desde allí donde este lunes restaba importancia al acuerdo entre Anova y BNG, minimizando sus posibles efectos electorales sobre el Movimiento. "Vamos a ser una fuerza estratégica y decisiva", repitió la portavoz de Sumar, para dirigir su mensaje "a todas las gallegas que votaron progresista el 23-J".