Las vacaciones de Alcaraz o cuando ganar o perder no es lo importante en la final frente a Medvedev

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Carlos Alcaraz tiene una final en el Torneo de Maestros. El tenista español, que no comenzó demasiado bien tras perder en su debut ante Alexander Zverev, consiguió remontar el vuelo tras firmar un gran partido ante Andrey Rublev. Pero la victoria ante el tenista ruso no solo le permite seguir con vida en las ATP Finals, sino, sobre todo, recuperar buena parte de la confianza perdida en el tramo final de curso. De hecho, es el primer partido en el que el español acabó sonriente.

Desde la derrota en las semifinales del US Open, precisamente ante Daniil Medvedev, el español no había encontrado la felicidad. Ya no solo porque los títulos no llegaran y las derrotas se convirtieran en parte diaria de su rutina, sino, especialmente, porque las victorias no venían acompañadas de felicidad: podía ganar partidos, sí, pero no lo hacía jugando bien, encontrando su nivel ni, sobre todo, disfrutando en pista. Era el principal problema con el que se encontraba.

Este hecho provocaba que el número dos del mundo estuviera alejado de su mejor versión, especialmente porque era incapaz de disfrutar en los partidos. Esos winners a los que nos tiene acostumbrados, ese puño al cielo o esa mano a la oreja para escuchar los vítores de la afición comenzaron a ser residuales. Y la ausencia de esos estímulos son los que le han hecho entrar en un bucle de dudas que, de un plumazo, parece haberse quitado tras aplastar a Rublev.

"Todo ha cambiado", decía Alcaraz tras su victoria. Pero, sobre todo, por la manera de conseguirla, que le hace llegar muy enchufado a su final contra Daniil Medvedev. "Hablé con Ferrero y llegué a la conclusión de que no me importaba ganar o perder, sino volver a disfrutar en pista", explicaba. Esa razón le permite afrontar el último choque del Grupo Verde con otra mentalidad y, especialmente, con una idea muy clara: "Todavía no quiero pensar en las vacaciones".

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Rubén Rodríguez

La principal diferencia con respecto a los últimos partidos tiene que ver, especialmente, con la confianza de Alcaraz. Podía ganar o perder, pero hacía muchos partidos que no se le veía disfrutar en la pista. Este miércoles, después de demasiadas semanas sin ser feliz con la raqueta, se le ha visto feliz y lo ha hecho justo antes del momento de la verdad, un partido de muchísimo nival ante un Medvedev que llega lanzado y que no quiere concesiones ante el español.

"Por cómo ha jugado [ante Rublev], tengo que estar a mi mejor nivel y, sobre todo, sacar muy bien", expresaba Medvedev. Y es que, precisamente ahí, es donde estará la clave. No solo de que el español sea capaz de mantener su servicio ante los peligrosos restos del ruso, también, especialmente, ser capaz de aprovechar las bolas de break de las que disponga. Alcaraz sabe que es una de sus asignaturas pendientes y que, en los próximos años, debe de mejorar su efectividad en esta faceta.

¿Qué necesita Alcaraz?

Alcaraz necesita ganar a Daniil Medvedev para meterse en las semifinales aunque, para ello, deberá de tener la calculadora cerca. Si el español gana y Rublev derrota a Zverev, estará en semis. También lo hará si gana y es Zverev el que acaba con Rublev, siempre que Alcaraz no pierda un set y el alemán gane en blanco. De darse este caso, habría un triple empate en el liderato, por lo que habría que tener en cuenta los sets y los juegos ganados por los tres jugadores.

También existe una opción de que Alcaraz pase a semifinales perdiendo aunque, para ello, necesita inexorablemente que Rublev gane a Zverev y, de nuevo, hacer números con los sets y los juegos conseguidos por cada uno. Es una final anticipada en toda regla, pero el español vuelve a sonreír. Esa es la mejor noticia para Alcaraz en este tramo final de temporada. Será la red la que dicte sentencia, pero el número dos del mundo lo tiene claro: aún no se quiere ir de vacaciones.