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Inocentadas de todos los días

“Años atrás los periódicos solíamos el 28 de diciembre publicar noticias en tono de inocentada. Noticias como por ejemplo: “Bajamos las tarifas de servicios públicos”, dice Daniel Quintero”.

28 de diciembre de 2023
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  • Inocentadas de todos los días

¿Qué explicación puede tener que el Día de los Inocentes, un día que se llama así en memoria de una cruel masacre de niños nacidos en Belén, se haya convertido en nuestros días en una celebración con bromas, tomaduras de pelo y engaños?

Tal vez en los recovecos de la historia se podrá encontrar alguna explicación, pero por ahora nadie tiene una respuesta convincente.

La historia bíblica cuenta que unos “magos venidos de Oriente” le anunciaron al rey Herodes que acababa de nacer un niño que iba a ser el rey de los judíos y él, ni corto ni perezoso, para evitar perder su reinado, dio la orden de aniquilar a todo aquel menor de dos años que sus tropas encontraran en Belén de Judea.

Hoy, más de 2.000 años después, solemos celebrar este día con bromas y engaños –tal vez como un homenaje a la ingenuidad y a la inocencia–, y para ratificar que se trata de un juego, decimos al final, luego de que se descubre el engaño: ¡Pásela por inocente!

Años atrás los periódicos solíamos destinar las páginas del 28 de diciembre a publicar noticias en tono de inocentada con el ánimo de sacar una sonrisa de nuestros lectores. Se solían inventar noticias como por ejemplo: “Bajamos las tarifas de servicios públicos”, dice Daniel Quintero.

Pero ese ejercicio ya no tiene gracia porque ya se ha vuelto común, a lo largo de todo el año, el uso de inocentadas. Algunas incluso se repiten una y otra vez (como esa ya mencionada).

En el 2023 hubo inocentadas para todos los gustos. Desde la que decía que “el nuevo alcalde de Tunja, Mikhail Krasnov, tuvo que certificar que no era un holograma”. Hasta la inocentada campeona mundial: “El Ministerio de Hacienda giró el triple de salario a los funcionarios del Estado”. Ni al más talentoso creador de inocentadas se le habría podido ocurrir.

El gobierno de Gustavo Petro, por ejemplo, no ha querido dejar su buen humor atrás y se ha vuelto especialista en hacernos pasar por inocentes.

Desde la víspera del 2023, muy hacia la medianoche del 31 de diciembre, el Presidente anunció con toda solemnidad que su gobierno había acordado un cese al fuego bilateral con el ELN (una de las claves de las inocentadas es que sean creíbles, cualquier atisbo de risa da al traste con la intención). Dos días después el propio ELN dijo que nada que ver: “La delegación de diálogos del ELN no ha discutido con el Gobierno de Gustavo Petro ninguna propuesta de cese el fuego bilateral, por lo tanto aún no existe ningún acuerdo en esa materia”. Como quien dice: ¡Pasénla por inocentes!

El primer mandatario, para no perder la costumbre, en febrero, publicó fotografías de hospitales en situación deplorable. Y escribió “Este es el estado de los hospitales en los municipios excluidos en Antioquia. Pero nos quieren convencer que tenemos el mejor sistema del mundo. Empecemos por dejar de engañar a la gente”. Rápidamente alguien le contestó en la red X: Presidente, por favor, que no es un hospital en Antioquia sino en Venezuela. ¡Pásela por inocente!

El momento culmen en esto de las inocentadas se dio en septiembre, cuando el equipo de prensa de la Presidencia distribuyó un video en el que se veía y escuchaba una tremenda ovación, por parte de un auditorio repleto de gente, luego de que el mandatario pronunció su discurso en la Asamblea de Naciones Unidas. Si no es por un avispado que vio los verdaderos y lánguidos aplausos, en un auditorio reducido, directamente en el sitio web de la ONU, habríamos creído que Petro se había convertido en una suerte de Karol G para la ONU.

Colombia también “la pasó por inocente” con varias cifras de sectores críticos del Gobierno. El director de la Agencia Nacional de Tierras, Gerardo Vega, por ejemplo, llevaba varios meses repitiendo que el gobierno Petro en su primer año había formalizado más de un millón de hectáreas rurales. Lo decía con tanta convicción que hasta el presidente Petro le creyó y adoptó la frase. Pero, funcionarios de la misma entidad gritaron en coro: “¡Pásenla por inocentes! Las hectáreas formalizadas no llegan ni a 200.000”.

Noticias de los mismos creadores de la que nos quiso aplicar la entonces ministra de Minas y Energía, Irene Vélez. Resulta que se publicó un informe de su ministerio que aseguraba que estaba garantizada la autosuficiencia de gas mínimo hasta 2037. La viceministra de Energía, Belizza Ruíz, salió a descubrir el fake: “Mi nombre fue puesto allí para legitimar esas cifras y ese texto. Una vez leído, estoy en completo desacuerdo con ese documento”. Es decir, ¡pásenla por inocentes!

No deja de ser una curiosa coincidencia que el país, durante 2023, haya pasado por inocente en los temas más críticos del gobierno. .

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