Cómo abrillantar el suelo de cualquier superficie con estos 5 sencillos pasos
Con el paso del tiempo es normal que el suelo se vaya desgastando. Arrastramos los muebles, fregamos el suelo, se nos caen líquidos o comida y tenemos que limpiar, etc. Los suelos que ya sean de madera, terrazo o cerámicos, pueden tratarse para que la superficie vuelva a lucir como nueva.
En este artículo te vamos a contar los pasos que debes seguir para sacarle el mejor partido al suelo de tu casa, que tenga una imagen renovada y que parezca nuevo por completo.
TIPOS DE SUELO
MADERA
La madera es uno de los materiales más usados en los suelos de las viviendas ya que aportan calidez y son un excelente aisalnte de las temperaturas más extremas. Para poder abrillantar un suelo de madera, lo primero que hay que hacer es observar si tiene alguna parte astillada o levantada. Si es así, lo mejor será usar una máquina pulidora o directamente llamar a un profesional. Si el deterioro no es tan grave, se pueden seguir estos pasos:
Limpiar el suelo con una escoba, una mopa o un aspirador; para higienizar la madera, podremos pasar una mopa ligeramente humedecida en una mezcla de agua y vinagre blanco; cuando el suelo se encuentre completamente seco, mojaremos la mopa limpia en aceite de pino e incluso de oliva, lo extendemos sobre el suelo en el mismo sentido de la veta; una vez aplicada, dejamos que el producto actúe durante unos 30 minutos y esperar a que se seque de nuevo.
CERÁMICA
Los suelos cerámicos ofrecen muchas posibilidades de decoración y no necesitan tanto mantenimiento como la madera, previamente descrita. No obstante, requieren de ciertos cuidados para mantener su brillo natural. Podemos barrer el suelo, limpiarlo en profundidad con jabón neutro; en un cubo vertemos hasta 5 cucharadas de vinagre blanco y dos de bicarbonato para después fregarlo suavemente con la nueva mezcla.
MÁRMOL
Los suelos de mármol tienen un gran potencial, son siempre atemporales y la elegancia que proyectan es única. Además, ofrecen un alto grado de resistencia en lugares de mucho tránsito, pero pueden perder su brillo con el paso del tiempo. Para poder recuperarlo y tenerlo como el primer día tendremos que eliminar el polvo con una escoba o aspiradora; fregaremos el suelo con agua caliente y amoniaco y desincrustar así la suciedad más persistente; tras ello, haremos una mezcla de 3 cucharadas de bicarbonato cada 1/4 litro de agua y la aplicaremos con un paño suave por todo el suelo: pasadas 5 horas, enjuagaremos la superficie con agua tibia pasando un paño limpio y cuando esté seco, aplicaremos una capa de cera específica para este tipo de suelos.
TERRAZO
El terrazo es un tipo de suelo muy resistente formado a base de cemento y piedras de mármol. Era el suelo que podía verse en todas o casi todas las casas de los años setenta y ochenta. Aunque sus materiales son duros, tiene tendencia a volverse opaco. Para intentar sacar el máximo brillo de nuevo barreremos y fregaremos el suelo con agua y jabón neutro; mezclaremos amoniaco, agua y jabón y podremos empezar a sacar brillo a todo.
DIFERENCIAS ENTRE PULIR Y ABRILLANTAR EL SUELO
Cuando hablamos de abrillantado, sólo se aplica el producto, siempre y cuando el suelo esté bien cuidad y en buenas condiciones. Al hacer esto, el brillo vuelve a revivir igual que cuando lo colocaste el primer día.
En cambio, en la otra opción de pulido, se utilizan unos diamantes especiales para rebajar milimétricamente la primera capa dañada de la superficie del suelo, lo que permite aplicar el abrillantado sobre la nueva capa de suelo que no está en mal estado.
Hay muchas personas que piensan que lo mejor es realizar un abrillantado, ya que es más económico y así te permite hacer brillar tu suelo, pero se trata de un grave error, ya que el abrillantado se realiza aplicando un producto en el suelo, que junto con la máquina de abrillantar es capaz de volver a hacer brillar un suelo.
CERA COMO PANTALLA PROTECTORA
Para que tu suelo recupere el brillo y la permeabilidad perdida con el paso del tiempo, tienes que someterlo a un tratamiento de sellado. Este proceso consiste en recuperar la porosidad de la superficie mediante el uso de aceite o cera abrillantadora. Los aceites vegetales son una solución ideal que retienen la humedad e impiden que pase a la baldosa al tiempo que le permite recuperar el brillo destruido por la cal del agua. Puedes aplicarlo sencillamente con un paño y dejarlo y actuar unos minutos hasta que la baldosa lo absorba.
El proceso de sellado no necesita varias pasadas ya que es suficiente con repetirlo una vez al año. Con ello lograrás que tu suelo, baldosa o aquello que quieras sacar brillo resista mejor las temperaturas extremas de frío y de calor. No obstante, recuerda que, si ya le fue aplicado un producto impermeabilizante en alguna ocasión, no admitirá ningún otro tipo de tratamiento.
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