El Poder del Afecto

El amor no es simplemente un sentimiento, sino acciones. Jesús dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15). En la relación matrimonial, ambos son responsables de suplir las necesidades mutuas. Esta serie de artículos se enfoca en ayudarnos a aprender mejor cómo hacer esto. Los hombres y las mujeres tienen ciertas necesidades, pero la comunicación eficaz entre esposos ayudará a revelar necesidades más profundas y personales.

Toda la gente necesita afecto desde el nacimiento. El poder del toque físico es esencial para el bienestar y la vida. A través de la piel, experimentamos sensaciones que contribuyen a la salud. Pero lo más importante es que comunicamos aprecio, admiración y comprensión por los que tocamos. Para la mayoría de mujeres, el afecto simboliza seguridad, protección, consuelo y aprobación (Harley, 2011, p. 37).  Como esposo, ¡nunca podrá dar a su esposa demasiado de estas cosas! Cuando satisface las necesidades de afecto de su esposa, también protege su matrimonio de la infidelidad ya que muy probablemente ella no recurrirá a otros hombres en busca de afecto. “Cuando se trata del sexo y el afecto, no se puede tener lo uno sin lo otro” (Harley, p. 39).

Como cristianos, tratamos de satisfacer las necesidades de nuestros cónyuges; y cuando ambos hacemos esto en el matrimonio, ¡se puede encontrar satisfacción incomparable! Filipenses 2:3-4 dice: “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros”. Si no tiene sentimientos afectuosos hacia su esposa (o esposo), necesita comenzar a cambiar sus pensamientos. El apóstol Pablo dijo en 1 Corintios 13:5 que el amor “no guarda rencor”.

Debemos pensar lo que es puro y amable (Filipenses 4:8), siempre enfocándonos en lo positivo, sin concentrarnos en lo negativo (o los errores de los demás). Esto se aplica especialmente a los esposos quienes deben lidiar entre ellos en todo tiempo, en lo bueno y en lo malo. Cuando no somos afectuosos es cuando necesitamos más amor. “Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:6,8). Él nos amó cuando no éramos dignos de Su amor. De la misma manera, debemos amarnos mutuamente incluso cuando no es fácil hacerlo.

El doctor Milholland y su esposa declararon: “La sexualidad de una mujer se relaciona a la manera en que se siente amada, elogiada y estimada”, y “para que pueda sentirse segura en la relación, ella primero debe sentirse amada, elogiada y estimada” (Milholland, 2002, p. 209). ¿Cómo debe expresar su afecto? Por medio del toque amable, las palabras de aprecio, los regalos pequeños pero significativos y las expresiones de elogio para su esposa. Alguien ha llamado a estas cosas el “lenguaje del amor”. La combinación de estas cosas produce una relación duradera.

Así que tenga pensamientos positivos hacia su cónyuge, trate de recordar lo que le atrajo de su cónyuge al comienzo de su relación, y luego desarrolle un matrimonio fuerte. La comunicación en cuanto a sus necesidades es vitalmente importante. Requiere trabajo y dedicación, ¡pero vale la pena!

Referencias

Harley, Willard (2011), Las Necesidades de Él; las Necesidad de Ella [His Needs, Her Needs] (Grand Rapids, MI: Revell).

Milholland, Tom y Sandra (2002), Preludio al Gozo [Prelude to Joy] (Webb City, MO: Covenant).