Es costumbre que el galeno utilice siglas o acrónimos en la historia clínica o en las órdenes médicas por la rapidez y el ahorro de tiempo que esta práctica genera. Sin embargo, casi el 5% de los errores en el ejercicio de la medicina se deben a esto. Las siglas más utilizadas suelen ser “u” o “iu”, unidades; “sc”, subcutáneo; “comp”, comprimido; “x”, número de veces; “vo”, vía oral; “mg”, miligramos; “h”, hora; “gts”, gotas; entre otras. Existe la necesidad imperiosa de evitar al máximo el uso de abreviaturas, tanto los médicos como las instituciones de salud deben crear estrategias para alcanzar este objetivo.   

Desde hace 200 años se utilizan las abreviaturas en la medicina. Aunque inicialmente estaban limitadas a prescripciones, hoy son comunes en casi todos los aspectos relacionados con la documentación médica.1Estas abreviaturas o acrónimos médicos suelen limitar la comprensión de la historia clínica por parte del paciente2, peor aún, conllevan a errores al momento de interpretar los tratamientos farmacológicos y el seguimiento por otros colegas por lo que afecta directamente la salud del paciente.3 Aproximadamente el 77% de las personas hospitalizadas tienen una o más abreviaturas en sus registros médicos, de las cuales 30% se consideran como siglas con alto potencial de causar daño. Asimismo, en 2017, The Join Commision indicó que el 4.7% de los errores en la medicación, reportados desde el 2004 hasta el 2006, se debieron al uso de acrónimos.3 En general, la mayoría de los médicos los suelen usar debido a que facilitan la rapidez de la escritura y optimizan el uso del tiempo. <h3>¿Cuáles son las siglas más utilizadas?</h3>Existen aproximadamente entre 49 a 70 tipos de abreviaturas, en el contexto latinoamericano las más comunes se pueden ver en el cuadro 1.3  <figure class="image"><img src="https://res.cloudinary.com/docred/image/upload/t_optimization/v1654178498/Tabla_Abreviaturas_medicas_6dc0c24b0c.webp" /></figure>El Institute for Safe Medication Practices (ISMP) tiene estructurada una lista de acrónimos de bajo y alto riesgo, en la cual aquellos categorizados como de alto riesgo son los que pueden causar consecuencias mortales en los individuos, como la “u” o “iu” que pueden confundirse por un 0. Por ejemplo, el paciente puede pensar que “4U” es “40”, lo que genera un riesgo de multiplicar hasta 10 veces o más la dosis inicial.3<h3>¿Tiene importancia clínica usar abreviaturas? </h3>En primer lugar, afectan el entendimiento del paciente sobre su condición médica. Se informó una mejora del 62% al 95% de la comprensión en las personas cuando no se utilizan las abreviaturas y, por el contrario, se usan con sus significados completos. Incluso, para el caso de abreviaciones como “HTA” (hipertensión arterial) la mejora va del 23% al 97%.2Los errores médicos representan aproximadamente entre 7000 y 10.000 muertes cada año en los EE. UU., por lo tanto, para evitar estas equivocaciones y no poner en peligro la seguridad del paciente, tanto los profesionales de la salud como las instituciones deben ejecutar acciones.1<h3>¿Qué pueden hacer los médicos?1</h3>Asegurarse de que el paciente y sus familiares entiendan la información proporcionada para que no deban adivinar. En general, muchas personas enfrentan desafíos para comprender las órdenes e indicaciones médicas dadas en el alta, como consecuencia se ve afectada la recuperación. Es importante que todas las recomendaciones brindadas sean claras y sin ambigüedades, a veces los usuarios sienten pena en preguntar el significado de las siglas y esto afecta la calidad de la atención.<h3>¿Qué pueden hacer las instituciones?1</h3>Implementar diferentes estrategias e intervenciones para reducir el uso de acrónimos médicos, entre estas:<ul><li>Describir la abreviatura y explicar por qué representa un riesgo</li><li>Al identificar una sigla, conversar con el médico que la escribió</li><li>Educar al personal subalterno y a los estudiantes sobre los peligros de emplear siglas médicas</li><li>Estructurar listas de acrónimos médicos prohibidos y publicarlas en todos los pisos y áreas del hospital</li><li>Implementar carteles, dibujos o imágenes sobre tales abreviaturas y agregarlas en las historias clínicas, el botiquín, las planillas de solicitudes y en farmacia </li><li>Efectuar sesiones educativas entre el personal médico, de enfermería y de farmacia</li><li>Realizar auditorías regularmente para identificar si aún se usan las siglas</li></ul><h3>Comentario editorial</h3>Aunque las abreviaturas aligeran las cargas al momento de redactar o desarrollar diferentes documentos médicos (historia clínica, órdenes o récipe, hoja de evolución, entre otras), sin duda deben dejarse de utilizar si queremos mejorar los resultados de salud en los pacientes, además, se mitigaría el riesgo de errores en prescripciones y daños posteriores. Incluso, en algunas oportunidades nosotros mismos nos enfrentamos ante siglas de las que no conocemos su significado, quizás porque no estamos relacionados con la especialidad o por cualquier otra causa. Entonces, ¿cómo sería para una persona afrontar la sensación de ansiedad por no entender lo que plasmamos en un papel? También le puede interesar: <a href="https://www.docred.com/articulos/articulo-medico-cambiar-el-lenguaje-en-la-medicina" target="_self">¿Cómo y Por Qué Debe Cambiar el Lenguaje en la Medicina? I parte</a>

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