Raúl Peña: "Me gusta una mujer con sentido del humor, atractiva"

"Un hombre 10 es quien se reconoce y se acepta honestamente tal y como es y que está dispuesto al cambio. No es fácil porque estamos contaminados por lo que tenemos alrededor", afirma Raúl Peña.

¿Quién es un hombre 10?
Mi abuelo; un hombre a quien nadie le regaló nada, trabajador, humilde y que supo querer a mi abuela. Murió el año pasado y, aunque padecía alzheimer desde hacía diez años, siempre mantuvo intactos sus principios.

¿Y una mujer 10?
¿Tengo que decir una? Me gusta una mujer con sentido del humor, atractiva, independiente, emprendedora…

¿Cuáles son tus armas de seducción?
Mi espontaneidad, sentido del humor y capacidad de reír, y eso que no me gusta nada mi sonrisa, pero no puedo esconderla.

¿Qué te retocarías en Photoshop?
Me acentuaría las canas.

Tu estilo es…
Poco definido. Me identifico mucho con ropa de sport y he de ir cómodo, discreto. Me gusta la moda pero no me preocupa, además, no me gusta ir de compras y soy un poco desastre.

¿Qué no falta en tu armario?
Camisetas básicas de todos los colores –dobladas con cartón, soy muy maniático– y zapatillas.

Nunca te pondrías…
Unos mocasines.

Un cosmético indispensable.
¡Ninguno! Lo único, un buen desmaquillante cuando trabajo.

Y un secretillo…
Hoy me han puesto raya de ojos color carne y rímel transparente. Y sol, comer bien…

¿Qué te gusta comer?
De todo. Un buen filete con puré de patata y un huevo frito me pierden.

El deporte significa…
Es una liberación. Me gustan los deportes al aire libre y, sobre todo, los que tienen que ver con el mar, como el kite surf.

Un momento "tierra, trágame".
Una obra de improvisación con Miki Nadal. Sentí un abismo brutal. Hago comedia, pero no soy gracioso y, si no estoy amparado por un personaje, me cuesta hacer mi trabajo siendo yo.

El mejor regalo es…
Me ruborizan las sorpresas, pero un viaje sorpresa sí me gusta.

¿Qué te da miedo?
Acomodarme en el trabajo y, sobre todo, en la vida. Temo que la estabilidad se convierta en acomodamiento. Vamos, me da pánico morirme en vida; quiero sentirme vivo.

Cómo te gustaría ser recordado.
Como un tío humilde, que tiene lo que se mereció y currante –no quiere decir que tenga talento, tengo el justo, pero tengo capacidad de trabajo–.

¿Qué te emociona?
La belleza, que a veces encuentro en la decadencia. En un viaje que hice a Mali con una ONG, con Alejo Sauras, encontré la sonrisa de un niño que me impactó. ¿Cómo podía haber una cara y una sonrisa tan bonitas en un entorno tan terrible.

Sueltas una carcajada…
Me río hasta de mí mismo. Yo soy pequeño, con el culo gordo y encima ahora tengo canas.

Tus ratos libres son para…
Viajar, hacer deporte e improvisar. Ahora, por ejemplo, me ha dado por cortar jamón.

¿Qué dejarías por un buen libro?
Me gusta leer, aunque aparcaría un libro por ver una serie.

Un hecho que te cambió la vida…
El día que tuve a un bebé, en ese viaje a Mali, y me dijeron que iba a morirse en dos días. Aprendí a relativizarlo todo en la vida.

¿Cuál es el mejor consejo que te han dado?
Sé tú mismo. Me lo dijo un periodista que me entrevistó.

Pasarías horas con…
Con el actor Geoffrey Rush. A lo mejor luego no es tan interesante como parece. Los actores en eso somos un poco tramposos.

Elige un superpoder.
Teletransportarme en el espacio y el tiempo. Sería increíble.

Dices "vamos al grano" cuando…
Me gusta dar rodeos, a veces me divierte. En negocios, no.

Un recuerdo imborrable.
Una travesía a vela desde Cartagena a Menorca. Recuerdo un increíble cielo de estrellas, en silencio y, al día siguiente. nos enfrentamos a olas de dos metros. Sentí miedo y euforia.

Un lema de vida.
Carpe Diem. Me preocupa el pasado más que el futuro.

Si no fueras actor, serías…
Sería feliz haciendo mil cosas. Hice Físicas, pero mi creatividad me llevó hasta la interpretación. Al principio lo hacía como una afición, de hecho, me daba vergüenza decir que era actor.

¿Qué son las redes sociales para ti?
El Facebook me da miedo. Me da miedo dejar de disfrutar un momento por compartirlo.

No es fácil encontrar  actores tan versátiles como Raúl Peña, quien, a sus 37 años, es capaz de asumir de forma magistral registros radicalmente opuestos. Es capaz de posar seductor ante una cámara, despertar odio –como en 'El secreto de puente viejo', serie a la que acaba de incorporarse– o desatar carcajadas –en las obras 'Burundanga' y 'Al final de la carretera', donde trabaja con Manuel Baqueiro, Melani Olivares y Marina San José. "Me he reencontrado con la comedia, género que me apasiona", dice.