Madre de dos hijos, Lucía, de 14 años, y Juan, de nueve, Arantxa del Sol se ha volcado en su familia y ahora quiere retomar su carrera profesional. Casada con el torero Finito de Córdoba, la modelo, actriz y presentadora reconoce que no le importa cumplir años.
Eres madre de una niña de 14 y otro de 8.
Ya no tengo bebes. ¡Qué pena!
¿Tendrías otro ahora?
Por un lado sí, porque tengo nostalgia cuando veo a los bebés. Ha pasado todo tan rápido, parece que fuera ayer cuando salía de la clínica con mis "gordos".
Has sacrificado tu carrera por tus hijos.
Para mí ha sido siempre una prioridad mi vida personal y he tenido el privilegio de disfrutar de mis hijos. Y también es verdad que eso me ha hecho sacrificar mi trabajo, pero no me arrepiento de nada.
Ahora, ¿te apetece volver a trabajar?
Sí, pero también es verdad que es complicado por el cambio que ha sufrido la televisión. El hecho de que ya no estés en el circuito hace que sea complicado, por lo que decía del cambio. Es muy difícil retomar una carrera de televisión. También es verdad que ahora hay muchas más cadenas y se están haciendo cosas diferentes.
¿Qué te gustaría hacer?
Tengo un proyecto con una productora para un programa de estilo de vida.
Tanto fue tu sacrificio que te fuiste a Córdoba a vivir.
Eso no es un sacrificio, al contrario, es un lujo. Córdoba esta muy cerca de Madrid y no me costaría venir.
¿El teatro también lo echas de menos?
Sí, yo tengo unos recuerdos muy buenos de aquella época.
¿Qué significó para ti dar el salto de la televisión a la interpretación?
Este país es muy complicado en ese sentido porque es muy de etiquetas. Hay veces que te entran temores, pero yo en una primera época tuve mucha suerte porque hice de todo y he tocado todos los palos.
¿Finito té anima a volver?
Sí, pero es que nunca me ha dicho que no trabajara. Todo lo contrario. Está igual de feliz que yo cuando le veo disfrutar de su trabajo. Eso al final repercute en casa.
¿Le pides que se retire?
No, en la medida que ha ido pasando el tiempo, yo he ido conociendo el mundo del toro y le veo feliz. Mi marido es un torero vocacional y dice que nunca se va a cortar la coleta.
Si alguno de tus hijos te dice que quiere ser torero o torera...
No lo llevaré nada bien. El deber de los padres es apoyarles en lo que quieran hacer.
¿Tu hija quiere seguir tus pasos?
No, de momento no.
¿La animarías a que se presentase a Miss?
No. Creo que estamos en otra etapa y ése no es el camino.
¿Te arrepientes de haberte presentado?
No, pero si tuviera que volver atrás igual lo haría de otra manera. Fue una experiencia bonita y a mí me sirvió. Pero es que ahora los concursos de belleza no tienen mucho sentido. Tuvieron su etapa y ya está.
¿Qué recuerdas de aquella etapa?
Recuerdo que acababa de salir del colegio. Fue un cambio muy drástico y sinceramente no sé si estaba preparada. Tenía 17 años.
¿Quién te animó a presentarte?
La vida me fue llevando. Siempre me había gustado la televisión y mi madre mandó una foto al programa de Jesús Hermida y desde ese momento todo fue rodado.
¿Qué consejo le darías a esas niñas que quieren empezar en esto?
No me gusta dar consejos. Creo que es fundamental disfrutar de lo que haces. Así sacarás cosas buenas, siempre hay que sacar lo positivo. Eso te hace crecer tanto profesional como personalmente.
¿Te cuesta cumplir años?
Cuando ves fotos, lo ves con nostalgia. Pero me siento bien con la edad que tengo y no es ningún trauma. Procuro reírme mucho. Somos una familia muy risueña.
En este mundo en el que vivimos, donde las parejas duran más bien poco, ¿cuál es el secreto de vuestro matrimonio?
Fundamentalmente ser cómplices, apoyarnos, respetarnos y que haya comunicación. Y mira que nosotros somos muy distintos. Yo hablo mucho y él no, pero pasan los años, te intuyes.
Mira que al principio os dieron por todos los lados, acuérdate de lo de Ana García Obregón.
Es verdad, yo estaba un poco a cuadros. No sabía porqué. De hecho, nunca desconfié de Juan.
¿Qué es lo que más te saca de quicio de Finito?
La improvisación. Vive improvisando. Es nuestro pulso siempre, porque a mí me gusta organizar. Ya he tirado la toalla en eso.
