Una llamada a la ruptura democrática y a la apertura de un período constituyente.

Votar es una expresión fundamental de la democracia, pero hay quienes cuestionan el sistema en su totalidad al optar por la abstención. No es un reflejo de apatía o desinterés, sino una decisión deliberada y significativa políticamente. Estos ciudadanos no se sienten representados por ninguna de las candidaturas existentes y, además, consideran que el marco político en sí mismo -la Constitución, la ley electoral y el sistema político español- no es democrático ni transparente.

Para estos abstencionistas, votar en blanco implicaría un acuerdo con la Constitución y la ley electoral, y una desaprobación de los candidatos, situación que no refleja su realidad. Su rechazo es más profundo, dirigiéndose hacia la arquitectura misma del sistema político.

Este punto de vista es defendido y propugnado por movimientos como el MCRC, fundado por Antonio García-Trevijano, que abogan por la ruptura democrática. Esto significa una llamada a desmantelar el sistema actual para abrir un período constituyente, donde se diseñaría una nueva estructura de poder político, más auténtica y con separación de poderes, y que permita una verdadera representación del electorado.

Esta es la esencia de la abstención activa. No se trata de buscar la caída de un gobierno, sino de despojar al régimen político de su legitimidad y autoridad moral, dejándolo respaldado únicamente por la ley. En ausencia de legitimidad y autoridad moral, los gobiernos se vuelven vulnerables a los más mínimos movimientos contrarios a la moral o a la decencia, que pueden desestabilizarlos por completo.

El propósito de esta estrategia es hacer visible a la clase política y a los políticos que el sistema que han establecido no es correcto y necesita una reforma. Si la abstención llegara a ser muy elevada, se deslegitimaría el sistema político y forzaría a la clase política a buscar otra legitimación, es decir, a reformar la Constitución o la ley electoral. La abstención activa es un medio pacífico, inocuo y civilizado de ejercer presión para forzar una transformación política fundamental.

Por lo tanto, estos ciudadanos ven la abstención no como una renuncia a la participación política, sino como una forma de cuestionar y poner en jaque al sistema establecido, en busca de una verdadera democracia que vaya más allá de una mera oligarquía de partidos.

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