Baeza, esa joya jiennense, Patrimonio de la Humanidad, ha sido siempre el testigo de históricas transformaciones. Desde las sinuosas calles empedradas hasta sus monumentos históricos, la ciudad ha sido siempre un reflejo de la confluencia de tiempos y tradiciones. Y en su panorama contemporáneo, Albacara brilla con luz propia. Este mes celebramos el primer aniversario de la reapertura de esta icónica sala que, desde hace tres décadas y media, fue llamada a ser el corazón palpitante de la vida nocturna de la ciudad. Desde su primera apertura hace ya 35 años, Albacara sorprendió y fascinó a baezanos, jiennenses y turistas. Hoy, tras un radical cambio de imagen, vuelve a hacerlo. La tradición y los nuevos tiempos coexisten en perfecta armonía, con renovadas instalaciones que cuentan con tecnología punta en sonido e iluminación, y una terraza de alrededor de 1.000 metros cuadrados que redefine las tardes y noches baezanas. Juan González Soto y Borja González Soto, jóvenes y entusiastas gerentes de Albacara, son la personificación de la innovación sin perder de vista la esencia. Portadores de un legado familiar, estos hermanos han sabido modernizar el concepto de Albacara sin renunciar a la calidad y profesionalidad que les caracteriza. “Emprender en nuestra tierra ha sido una decisión de corazón. Y es un placer colaborar en la sinergia con otras empresas de hostelería, añadiendo un valor turístico a Baeza”, comentan. Albacara no es solo un espacio para bailar y disfrutar, se ha transformado en un monumento moderno que atrae a turistas, complementando la rica gastronomía y cultura de la ciudad patrimonio.
Su apuesta decidida por reinventar el espacio ha dado fruto: la sala no solo ha recuperado su antiguo esplendor, sino que ha trascendido, convirtiéndose en un imán para locales y turistas por igual. Y es que la renovación de Albacara no es simplemente un cambio estético. Es un testimonio del compromiso de una familia con su ciudad, una adaptación al presente sin olvidar las raíces y, sobre todo, una promesa de que las mejores noches en Baeza aún están por venir. En un mundo en constante cambio, es reconfortante saber que hay lugares que, aunque evolucionen y se adapten, mantienen su esencia y alma. La dualidad es lo que define a Albacara. Mientras que la terraza evoca serenidad, la discoteca es pura energía. Por un lado, encontramos la nueva terraza, un oasis verde en medio de la ciudad, donde la música en directo cobra vida. Cada fin de semana, géneros como el flamenquito, el indie o los grupos de versiones musicales de ayer y hoy llenan este espacio, haciendo de las tardes una celebración única. Por otro, la discoteca, con su majestuosa pista de baile en la primera planta y un renovado segundo piso de estilo urbano y neón, donde los mejores DJs del panorama nacional siempre se quedan con ganas de volver a esta cabina. En este año, Albacara ha reinventado la tradición del “tardeo”. Es el sitio perfecto para los que buscan un ambiente relajado en su terraza, rodeados de césped, imponentes árboles y rincones íntimos, o para aquellos que desean bailar al ritmo de la música en directo. Albacara es más que una sala. Es una experiencia, una declaración de intenciones. Es la prueba de que, incluso en una ciudad con tanta historia como Baeza, siempre hay espacio para la reinvención.
La renovación de Albacara no es solo una inversión en infraestructura, es una inversión en la ciudad y en el futuro. Es un testimonio del compromiso de continuar una tradición familiar, pero también de la capacidad de adaptarse y evolucionar. Mientras Baeza continúa siendo un tesoro del patrimonio mundial, lugares como Albacara demuestran que la historia y la modernidad pueden convivir en forma de diversión. Con un año de renovada existencia a sus espaldas, la sala se proyecta hacia el futuro con la promesa de seguir siendo el lugar de encuentro predilecto para todos aquellos amantes del tardeo o de la noche que buscan una experiencia única. ¡Por muchos años más de música, diversión y encuentros en Albacara!
