Desde hace 40 años, Jims Roy recorre las calles de Xalapa y de Coatzacoalcos para ofrecer sus servicios como partero, huesero y sobador. Desde temprano, sale de su hogar para andar por calles y avenidas en una bicicleta en busca del pan de cada día.
La mayor parte del tiempo se la pasa en Coatzacoalcos, en donde, asegura, tiene más clientes; "incluso llegan para buscarme de Tabasco y de Campeche".
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Jims también dice controlar el Parkinson, la diabetes, dolores de espalda y la neuropatía diabética con productos que adquiere en Coatzacoalcos, traídos en embarcaciones desde la India.
¿Cómo se convirtió en huesero y partero?
Entrevistado en Xalapa, señala que el don lo adquirió de su mamá y que a través de ese oficio les ha dado estudios a su hijo y a su hija de forma honrada. Aunque Jims es bueno para aliviar el dolor, dice que él mismo no ha podido sanar lo que siente en su corazón, pues su hijo falleció hace cinco años, poco después de que se graduó como abogado y a la fecha el recuerdo perdura como si hubiera sido ayer.
Su esposa padece diabetes e hipertensión y él mismo la atiende. Su hija estudia el bachillerato en Coatzacoalcos y para el próximo año pretende traer a las dos a Xalapa para iniciar una nueva vida. "Soy huesero, sobador, cierro la cadera, controlo la neuropatía diabética y el parkinson", señala con orgullo.
Además, dice que no le ha sido difícil encontrar pacientes, pues aunque muchos prefieren a los médicos y especialistas, "también hay quienes se inclinan por lo tradicional".
De manera reciente, agrega, atendió dos partos, uno en Misantla y otro en Juchique de Ferrer; "ambos nacimientos fueron sanos".
Como partero, Jims es aceptado Incluso en comunidades en donde suele haber mujeres dedicadas a esa actividad, pues dice que quienes recurren a él han recibido buenas recomendaciones.
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"Cuento con muchos pacientes, al grado de que ya he perdido la cuenta en todos estos años", manifestó mientras subía a su bicicleta para continuar con sus recorridos en busca de más pacientes en esta capital.