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Rutas de senderismo

Senderismo en Sevilla: Ruta del Alcornocal de la Mocheta en Paradas

  • Recorremos un paraje que puede sorprender: unos terrenos que históricamente pertenecían a una antigua finca de recreo de los Duques de Arcos

  • Galería gráfica de la ruta

El bello paisaje que nos aguarda en el Alcornocal de la Mocheta.

El bello paisaje que nos aguarda en el Alcornocal de la Mocheta. / Emilio J. de los Santos

Circular llana y sin excesivas complicaciones, aunque larga y con un tramo por arena que se hace pesado. Lo sorprendente de esta ruta es que despliega ante el excursionista un bello alcornocal en una zona donde parece que sólo hay campos de cultivo. Vamos a descubrir La Mocheta, en las afueras de Paradas.

El recorrido tiene algo más de 15 kilómetros y un perfil con pocos desniveles intensos. Lo marcan las balizas del PR-A 202 y está homologado por la Federación Andaluza de deportes de Montaña, Escalada y Senderismo (FAM). La señalización es buena en general, con carteles bastante claros en los cruces de caminos.

Junta a la antena telefónica a las afueras veremos una señal que nos muestra el camino. Junta a la antena telefónica a las afueras veremos una señal que nos muestra el camino.

Junta a la antena telefónica a las afueras veremos una señal que nos muestra el camino. / Emilio J. de los Santos

Arrancamos en las afueras del municipio paradeño, en concreto, junto al parque-merendero que hay en la calle Torrijos, próximo al Polideportivo Municipal. Cruzamos la Avenida del Calvario hasta la calle Abadía. Al fondo, junto a la antena, viramos levemente a la derecha por la calle Ermita. Dejamos las casas atrás al conectar, doblando otra vez a la derecha, con el Camino de Enmedio, ya entre olivos.

Avanzamos un kilómetro y medio en suave descenso en busca del túnel que pasa bajo la autovía A-92. En el caso de que llueva mucho, cuidado en este punto, ya que recomiendan no entrar por seguridad. Tras el subterráneo, giramos a la derecha y, en la bifurcación inmediata, doblamos a la izquierda. El otro camino que vemos será nuestro retorno.

El túnel bajo la A-92. El túnel bajo la A-92.

El túnel bajo la A-92. / Emilio J. de los Santos

Paseamos entre cultivos y olivares otros 500 metros. Superado un paso canadiense, notaremos que el paisaje empieza a cambiar. Los alrededores irán cubriéndose de hierba y alcornoques. El sendero se va haciendo cada vez más arenoso hasta el punto de que parece que andamos por una playa. Hemos llegado al Alcornocal de la Mocheta.

Cruzando un paso canadiense. La zona más bonita empieza ahora. Cruzando un paso canadiense. La zona más bonita empieza ahora.

Cruzando un paso canadiense. La zona más bonita empieza ahora. / Emilio J. de los Santos

Conforme caminemos por esta zona, conviene fijarse en los imponentes troncos de algunos árboles. Nos dan una idea de su antigüedad. Este paraje formaba parte unos terrenos que históricamente pertenecían a una antigua finca de recreo que los Duques de Arcos (la familia Ponce León) usaban para cazar.

El recorrido por el acebuchal es prácticamente en línea recta. El sendero es muy ancho y en ocasiones se desdobla, pero siempre va hacia la misma dirección sin pérdida posible. A medio camino, cruzamos el Arroyo del Gavilán. Suele estar seco, pero si llueve, el terreno puede enfangarse y complicar el paso.

La encrucijada en el claro. Volveremos a pasar por aquí a la vuelta. La encrucijada en el claro. Volveremos a pasar por aquí a la vuelta.

La encrucijada en el claro. Volveremos a pasar por aquí a la vuelta. / Emilio J. de los Santos

A unos metros, llegamos a una intersección en un claro con unas señales. Seguimos recto. Nuestra ruta avanza sin demasiados cambios otros 2,5 kilómetros hasta un nuevo cruce con una construcción vallada. Recordemos este punto, ya que lo tomaremos como referencia más adelante. Andamos un poco más virando levemente a la izquierda hasta el Área Recreativa de Montepalacio. Aquí podemos descansar y avituallarnos de agua.

Iniciamos el recorrido de vuelta buscando la construcción vallada que vimos antes. En vez de seguir de frente, doblamos a la izquierda. Bordeamos la arboleda unos metros, para volver a un punto que nos sonará de antes: la encrucijada en el claro. En esta ocasión vamos a la izquierda por el Camino de la Cruces. Abandonamos el acebuchal y lo rodeamos por el paraje de El Puntal.

Iniciamos el retorno. Iniciamos el retorno.

Iniciamos el retorno. / Emilio J. de los Santos

Poco a poco vuelven a rodearnos los olivares y los campos de cultivo. Atravesamos por una zona distinta el Arroyo de Gavilán. Nuestro sendero desemboca en el Cordel de Morón y así  llegamos a El Calvario, unas casas anexas a un área de servicio próximo de la A-92. Cuando lleguemos a las cercanías de la autovía, giramos a la derecha por el carril que va en paralelo a la infraestructura.

Doblamos a la derecha. Doblamos a la derecha.

Doblamos a la derecha. / Emilio J. de los Santos

De esta forma, tras un kilómetro aproximadamente, regresamos al túnel que pasa bajo la A-92. Así, regresamos a Paradas en suave ascenso.

En resumen, estamos ante una ruta sencilla de recorrer, pero algo larga. Cuenta con el atractivo de ver un paisaje, que sin ser espectacular, puede ser agradable y hasta sorprendente. Eso sí, ojo con el sol y el calor ya que hay tramos sin apenas sombra.

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