El sueño del Cádiz CF juvenil acabó en los octavos de final de la Copa del Rey. El equipo amarillo, que alcanzaba por primera vez esta fase de la competición, se topó con un Real Oviedo que con dos goles en la primera parte y otro nada más comenzar la segunda puso muy cuesta arriba la cita dejando el 1-3 final en la despedida de los cadistas.

La igualdad marcó los instantes iniciales en el campo Ramón Blanco, en El Rosal, donde cadistas y ovetenses se tutearon y gozaron de ocasiones para abrir la cuenta. El Cádiz CF juvenil se dio cuenta pronto de las buenas maneras de un rival que esta campaña está pegando fuerte en la categoría. Sin embargo, en muy pocos minutos Pelayo y Agudín clavaron un 0-2 en el electrónico que cayó como un jarro de agua fría en la fiel afición cadista.

A la vuelta de vestuarios tras el descanso, los pupilos de Juanma Cruz y Sergio Iglesias apostaron por levantar el marcador, y cerca estuvo Espinosa de no ser por la buena respuesta de la zaga visitante. Lo peor es que poco después el Oviedo anotaba el tercero y dejaba la eliminatoria muy cuesta arriba.

El papel de los cadistas fue buscar la portería del Oviedo asumiendo para ello riesgos en defensa, si bien no hubo manera de recortar distancias hasta que en el tramo final lo logró Kattah, aunque apenas quedaba tiempo para soñar con un arreón que diera forma a la remontada.

El Cádiz CF juvenil, que en los dieciseisavos de final tumbó al Antiguoko en San Sebastián, se despide de la Copa del Rey con la cabeza alta por haber conseguido meter la cabeza en los octavos de final y codearse con los mejores equipos de España en esta categoría. La afición supo reconocer ese esfuerzo.