Con la Venia

La fortaleza de piedra en la bocana de la Bahía. Por Julio Malo

El recinto amurallado que se alza sobre la mar configura Cádiz como una fortaleza marina en la bocana de la Bahía para custodiar este puerto natural entre el Mediterráneo y el Océano. Un Mapamundi Simbólico que se conserva en la British Library, atribuido a San Isidoro de Sevilla (siglo VII) consiste en un círculo dividido en tres partes sobre las cuales se grafía el nombre de cada uno de los continentes del Viejo Mundo (Europa, África y Asia) y en su inferior Gades, vértice del mundo. A su vez se percibe como un Palacio Marino cuyos corredores son calles tensadas que dan a la mar. Esta voluntad de acordelar la trama se encuentra ya en la villa cristiana cuando se levanta en 1262 para recuperar el promontorio como cabeza de puente para nuevas aventuras comerciales y coloniales. El modelo reticular contrasta con el urbanismo medieval, y adelanta ideas renacentistas. Así se produce la reconstrucción de una ciudad que siempre fue lugar de encuentro en el mapa de los mares. No podía ser de otra manera en ese Cádiz que renace como eje entre el mundo mediterráneo y la inmensidad atlántica: los finisterres noreuropeos, el continente africano y las Indias Occidentales, esa América aún no abierta a la colonización pero ya visitada por pilotos que guardan celosamente sus cartas secretas. ¿Cómo no va a ser diferente la construcción de esa ciudad referencia de todas las rutas? La vista aérea de Cádiz de Wyngaerde (siglo XVI) permite contemplar una bella ciudad amurallada mediante altos lienzos con abundantes y esbeltos torreones. En 1596 la ciudad fue destruida por una escuadra anglo holandesa. Felipe II piensa trasladar la plaza fuerte, pero no pudo contradecir la lógica de miles de años durante los cuales la configuración del mundo exigía que existiera Cádiz. Comienza entonces la ingente labor que conduce a la construcción de uno de los recintos amurallados más interesantes del mundo y que sirve de banco de pruebas para otros tantos como: La Habana, Panamá, Cartagena de Indias, San Juan de Puerto Rico, Santiago de Cuba, Montevideo, Manila y varios más. Durante el siglo XIX, al hilo, tanto de la prosperidad por repatriación de capitales indianos, como de nuevas ideas progresistas, la ciudad se remodela y florece, ornada de jardines y espaciosas plazas, asomada a la mar sobre una muralla que antaño la encerraba y es ahora su mejor espacio público. Se recomienda al visitante llegar por mar o en ferrocarril hasta la Estación Término, en el corazón del centro. Acceder al Centro Histórico a través la ciudad reciente es como entrar en un palacio por la puerta de servicio. Tampoco se recomiendan los itinerarios, se trata de un espacio para reconocer mediante caprichosos paseos pues por todas partes hallará lugares atractivos. Hay tantos caminos como caminantes y cada cual puede elegir su propia ruta.

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