Del cerdo, hasta los andares. Vecinos y visitantes de la barriada antense de Aljáriz-La Huerta han hecho suya este domingo esta coloquial expresión en la que ha sido la tercera edición de su Fiesta de la Matanza, una celebración que reivindica esta tradición en torno a la que familias y amigos se reunían hace no tanto al calor de un exquisito ágape con el cerdo como leitmotiv.

Con un paréntesis obligado a causa de la pandemia, los lugareños han destacado en esta ocasión el rotundo éxito de participación y asistencia que ha registrado el municipio en esta jornada dominical. “Nos ha recordado a la primera edición”, apunta Pedro Ridao, alcalde de localidad del Levante almeriense.

Y es que el regidor no exagera al arrojar el dato de asistentes que se han personado en la villa. “La plaza ha estado llena, hemos sido seguro más de mil personas”, ha recalcado. Personas que han llegado desde distintos puntos de la provincia y de otras poblaciones colindantes como Lorca o Puerto Lumbreras. Incluso desde la capital de Almería se dieron cita dos autobuses repletos de gente dispuesta a pasarlo en grande.

La plaza de la barriada de Aljariz-La Huerta ha estado repleta de gente.

Y el tiempo, además, ha sido un gran aliado. La jornada primaveral que ha invadido gran parte de la provincia ha favorecido las ganas de recreo y esparcimiento de los presentes, que desde bien temprano han hecho acto de presencia en la plaza de la barriada.

Allí aguardaban al cerdo para su despiece (llevado a cabo por los propios vecinos) y posterior cocinado. Del animal han salido platos tradicionales de la provincia como migas, gurullos o trigo, además de embutidos caseros que han sido elaborados in situ, si bien desde la organización traían una remesa ya preparada para facilitar que todo el que lo deseara pudiera llevarse consigo una pieza.

Comida, bebida y música

El aroma de los platos elaborándose en tres paelleras gigantes con capacidad para servir a los presentes invadía la céntrica plaza antusa, amenizado todo ello por las notas musicales que salían de la mesa de mezclas de un DJ, lo cual elevó el afán festivo de oriundos y visitantes, que no solo comieron y bebieron sino que también se animaron a mover el esqueleto.

La Fiesta de la Matanza cumple de este modo con el objetivo planteado por el equipo de Gobierno, que desde que llegó a la Alcaldía tuvo claro que quería ensalzar esta tradición. “Habíamos visto que la matanza había ido desapareciendo poco a poco y nos propusimos recuperarla”, subraya Ridao para Diario de Almería.

Los propios vecinos de la barriada se han encargado de preparar los platos y los embutidos.

Y a ello se prestan los vecinos antusos organizados a través de la Sociedad de la Tercera Edad de Antas, la Hermandad Virgen de la Huerta y el área de Festejos del Consistorio del municipio, sin los cuales no habría sido posible cosechar el rotundo éxito de esta jornada, donde los asistentes lo pasaron en grande y se fueron con la tripa y las manos (de embutidos y recipientes de platos sobrantes) llenas.