Es lo que tiene. Sí, lo que tiene traer un encierro de El Pilar, que va de petardo en petardo en Madrid en cuanto a juego, para una anunciada terna de coletudos de la línea artista, Juan Ortega, Pablo Aguado y Daniel Luque, quien al haber cerrado su temporada por su lesión en el peroné, fue sustituido por Damián Castaño, magnífico el pasado 10 de septiembre en este mismo coso. Y qué aconteció. Pues lo previsto, que esos animales volvieron a fracasar esta vez de manera rotunda. Fueron pura y asquerosa bazofia no sólo por la ausencia de casta y por su blandenguería, que no es poco. Es que, además su bochornosa presentación anovillada dejó mucho que desear. De modo que, convertido el ruedo en un simulacro, de la expectación se pasó a la lógica decepción. Es lo que tiene.
Antes de que salieran por chiqueros estas antítesis del toro de lidia, el público se las prometía felices pensando en disfrutar del buen corte cercano al cante hondo del percal de Ortega y Aguado, demostrado ya varias veces en la cátedra venteña. También los dos coletudos sevillanos y el salmantino, que teóricamente disponía de una oportunidad de dar un llamativo giro a su carrera con un sólido triunfo en Madrid, se supone que albergaban esperanzas de lucimiento.
Pero todo fue deshaciéndose como un suflé y del toreo bueno sólo quedaron algunas volutas sueltas. Mayor, y casi únicamente, en el que abrió función, al que veroniqueó con clasicismo Castaño ganando terreno hacia el platillo seguido de unas chicuelinas. Respondiendo Ortega en el quite con otros lances hermosos, lentísimos y al ralentí, durmiendo la embestida de la bazofia y provocando la única ovación ardorosa y sentida del público.
Y pare usted de contar, porque sería injusto y una pérdida de tiempo valorar las actuaciones una por una de la terna en vanos intentos de que los bichos embistieran con la más mínima codicia y entrega, y que no hocicaran en demasía la arena por su flojera. De hecho ya puede leerse en la ficha el parigual balance silencioso de sua faenas o lo que fuera aquello. Es lo que tiene si se trae un encierro del Pilar, que seguramente repetirán sin problemas el año próximo en San Isidro e igual también en Otoño. Es lo que tiene la Fiesta y sus mandamases. Es lo que tiene.
Por cierto, con este petardo y el escaso juego que han dado la mayoría de los toros lidiados hasta ahora en el abono, se lo han puesto a huevo a Victorino para este domingo cuando pone broche -ojalá sea de oro- a la Feria con sus bicornes.
FICHA
Toros de EL PILAR, sin trapío, nobles, flojos y descastados. DAMIÁN CASTAÑO: silencio; silencio. JUAN ORTEGA: silencio; silencio. PABLO AGUADO: silencio tras aviso; silencio. Plaza de Las Ventas, 7 de octubre, 5ª de Feria. Casi lleno.
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