Ahora entiendo a Julio Insa y su visión del Valencia, casi 25 años después

Mi maestro en esto del periodismo ha sido Julio Insa. Lo digo orgulloso y eso que no siempre hemos tenido una buena relación. Hubo años muy duros en los que incluso nos enfrentemos, pero al final, el cariño y el respeto, y el sentido común, se impusieron a todo lo demás. No hablamos todos los días ni todas las semanas, pero cuando lo hacemos nos reímos mucho. Y le tengo que agradecer que siempre que he iniciado una nueva aventura he recibido su llamada para darme ánimos y desarme suerte. Durante muchos años trabajamos juntos, pero tengo que decir que ahora es cuando le entiendo, cuando le entiendo de verdad. Fueron muchas horas de lunes a domingo durante una década, y hablamos y vimos de todo. Pero siempre había una máxima: defender al Valencia de todo lo que pudiera ser negativo, no ya a nuestros intereses, sino al club, que estaba por encima de todo.

Le achacaban que era de Castellón y que todo era pose. Y el delito era ese, que un tipo de Onda nos vino a decir que lo importante es ser del Valencia, “mande quien mande”. El valencianismo de gorra y bufanda es lo que nos mantiene vivos, y ese no entiende de otra cosa que no sea ganar. La senda de los elefantes cuando se pierde es algo que forma parte de nuestro ADN. Ahora te entiendo Julio, ahora te entiendo de verdad. Cuando insistías en poner siempre el himno, en tener tu cuadro de la Geperudeta, en defender lo nuestro por encima de todo. ¿Pero sabes el problema? Que en casi 30 años hay mucha gente que no ha aprendido, y que no quiere aprender. Como me decías tantas veces, “que Dios les dé mucha salud a nuestros enemigos, porque con esa competencia tendremos trabajo toda la vida”. Ahora todo tiene sentido, esa es la puñetera realidad.