¿Qué es lo que provoca el mal aliento?, ¿Cómo lo podemos combatir?

Con el término halitosis nos referimos al olor desagradable que se emite por la cavidad oral. Suele estar asociado a enfermedades de la boca, a una mala higiene oral o a enfermedades sistémicas que requieren de un diagnóstico y tratamiento específicos.

Es un problema que puede afectar a las relaciones sociales entre personas.

¿Cómo se produce el mal aliento?

Como hemos comentado anteriormente, la halitosis puede aparecer por tres causas distintas.

El mal aliento procedente de la boca se produce por la acción de bacterias organizadas que se localizan en la zona de unión de la encía y los dientes pero sobre todo en el dorso de la lengua, donde se depositan la mayoría de estas bacterias. Esto se debe a que la estructura de la lengua facilita la retención de restos de alimentos y compuestos que al descomponerse originan ese olor desagradable.

En condiciones normales los restos de alimentos de mezclan con la saliva y se digieren rápidamente. En estos casos, las bacterias no se retienen en estas zonas y no producen halitosis, ya que no existen restos de alimentos que descomponer.

La saliva es un componente fundamental para el buen funcionamiento e hidratación de la cavidad oral. Influye en la aparición del mal aliento, ya que una boca que genere poca cantidad de saliva, será más propensa a desarrollar halitosis por la dificultad del discurrir de los alimentos y la fácil retención de éstos por los dientes y lengua.

Clasificación de la halitosis

Halitosis fisiológica. Es la que se produce por la interacción de bacterias y restos de alimentos sin existir ninguna patología.

Causas que pueden producirla:

-Edad. Como hemos comentado, la cantidad de saliva influye en la aparición de halitosis. Pues bien, la formación de saliva disminuye con el paso de los años, siendo en ancianos muy habitual la xerostomía (boca seca a causa de la baja producción de saliva) y por tanto es más común el mal aliento.

-Saliva. La cantidad de saliva en la boca puede verse afectada por medicamentos, respiración bucal…

-Aliento al despertar. Mientras dormimos, la producción de saliva disminuye y la que persiste en la boca se queda estancada durante las horas del sueño. Esto provoca la aparición de las bacterias productoras de la halitosis, dejando un mal aliento que nos encontramos al despertar pero que desaparece pronto al recuperar el flujo salival y realizando una limpieza con cepillo dental.

-Alimentos. Hay ciertos alimentos que ingerimos que se absorben en el organismo y se expulsan compuestos por los pulmones (ajo, cebolla) produciendo olor desagradable pero temporal.

-Prótesis dentales. Portar aparatos de ortodoncia o prótesis como puentes, coronas, prótesis removibles… retienen con más facilidad los alimentos y si no se realiza una correcta limpieza, los restos retenidos se descomponen y dejan mal olor.

-Tabaco y alcohol. También dejan un aliento desagradable, sobre todo si se mantiene la frecuencia con la que se consumen.

Halitosis patológica.

Por causas orales:

-Mala higiene oral. La presencia de placa bacteriana, cálculo dental (sarro) y restos de alimentos ayudan a que las bacterias actúen y produzcan halitosis.

-Enfermedad periodontal: gingivitis y periodontitis. Es una de las causas más frecuentes, aunque padecerla no implica que exista halitosis. Las bacterias periodontales están asociadas con el mal aliento.

-Medicamentos. Ciertos fármacos producen sequedad de la boca (xerostomía) y favorecen la aparición de halitosis.

-Flemón o abceso dental. Se segrega un líquido procedente de la infección (pus) que tiene un olor desagradable.

-Necrosis de tejidos por enfermedades o tratamientos con radioterapia o quimioterapia.

-Candidiasis oral.

-Infecciones de la faringe por virus, hongos o bacterias.

-Enfermedades sistémicas o tumores.

Por causas extraorales:

-Enfermedades digestivas.

-Causas periorales. Nariz y laringe.

-Enfermedades sistémicas.

-Enfermedades neurológicas.

Existen otros tipos de halitosis relacionados con transtornos psicológicos:

Pseudohalitosis. Es aquella en la que uno mismo percibe mal aliento pero otras personas no lo detectan, por lo que no puede diagnosticarse con objetividad.

Halitofobia. Es cuando existe miedo a presentar halitosis.

Suele darse en casos de personas con baja autoestima o con mucha autocrítica que creen que pueden causar mala sensación a otras personas y les afecta a la hora de las relaciones sociales realizando gestos como taparse la boca, mantener distancia con otras personas, etc.

Se preocupan muy frecuentemente por el uso de colutorios, cepillado de dientes, uso de chicles o caramelos refrescantes…

Diagnóstico de la halitosis

Para realizar un diagnóstico adecuado, debe realizarse una exploración completa de la cavidad oral. Además, es importante conocer si existe algún tipo de enfermedad y si se toman medicamentos y cuáles.

Si las causas de la halitosis son fisiológicas o por patologías orales, el odontólogo e higienista serán los encargados de realizar un diagnóstico y tratamiento adecuados.

Si las causas son extraorales debido a alguna patología sistémica o enfermedad del organismo, debe ser valorado por un médico de familia o especialista.

Si las causas son psicológicas, en los casos más leves podrán valorarlo el odontólogo o médico de familia, pero en los casos más graves debe ser tratado por un especialista con un tratamiento psiquiátrico.

Tratamiento del mal aliento

En los casos de halitosis por patologías orales, el odontólogo realizará el diagnóstico y propondrá el tratamiento más adecuado para solucionarlo. Una vez eliminado el problema, la halitosis debería desaparecer progresivamente, siempre y cuando también se cumplan unas condiciones de higiene oral adecuadas.

Cuando el origen es fisiológico, se deberán seguir unas medidas y cambios en la higiene y alimentación diaria.

-Realizar una correcta higiene oral diaria con un cepillo de dientes con pasta dentífrica. Si se porta ortodoncia o prótesis fijas o removibles, deben limpiarse correctamente eliminando todos los restos de alimentos que puedan quedar retenidos.

-Seguir una dieta variada rica en verduras y frutas y disminuir el consumo de alimentos altos en grasas y sabores y olores fuertes como cebolla o ajo.

-Control de la sequedad bucal bebiendo abundante agua al día y realizando un seguimiento de los medicamentos que se toman.

-Evitar el consumo de alcohol y tabaco.

-El uso de colutorios ayudan a refrescar la boca, así como aportar flúor y distribuirlo con facilidad por todos los huecos de la cavidad oral.

También ayudan los caramelos y chicles a tener un aliento agradable, pero debe tenerse en cuenta que es mejor que sean sin azúcar y si su consumo no es excesivo, ya que puede tener efectos laxantes o producir dolor articular si se mantienen mucho tiempo en boca.

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