A Kylian Mbappé ya le ha llegado desde dentro del vestuario del Madrid la primera ‘amenaza’ de parte de sus amigos más directos, Tchouaméni y Camavinga, dos con los que mantiene un contacto frecuente de los interiores de Valdebebas en la Ciudad Real Madrid.
De hecho, le han aventurado que va a “flipar” cuando tenga que trabajar con las máscaras de oxígeno que les pone Pintus en pretemporada y que, ahora, mediado el año, han vuelto a hacer acto de presencia. Hoy mismo las sacó a relucir para dar una ‘paliza’ a los madridistas.
Kylian viene de unos entrenamientos con Luis Enrique de poca exigencia física, cosa que en el Madrid va a notar desde el primer día. Bellingham, que es un portento, es el mejor ejemplo de lo que es 'sufrir' a pesar de contar con un físico privilegiado.
Las máscaras
El mismo Pintus ya aseguró en su día que era una herramienta muy útil para exprimir esa gran versión de los futbolistas. “Es una evaluación para estar todos en forma. Sirve para analizar el oxígeno que llega a los pulmones y el dióxido de carbono que expiran”, comentó para dar una explicación sobre la utilidad.
"Permiten descubrir los umbrales de fatiga y con el ordenador se puede evaluar si necesita más trabajo de carrera larga, corta o si estamos bien. A los jugadores no les gusta porque es muy duro, no es fácil, pero son muy profesionales y tienen una actitud de trabajo muy buena", analizó Pintus esta misma tarde en Real Madrid TV.
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