El cerebelo es una parte esencial del cerebro, pero ¿qué funciones tiene el cerebelo? Desempeña un papel importante en la regulación del movimiento y el control del equilibrio: coordina la marcha, mantiene la postura y controla el tono muscular y la actividad muscular voluntaria, entre otros. Por eso, una lesión en esta zona puede tener importantes implicaciones y causar trastornos en la motricidad y el equilibrio.

¿Qué es el cerebelo?

El cerebelo es una parte del cerebro ubicada en la zona posterior de la cabeza, justo debajo del cerebro, detrás de la zona donde la médula espinal se conecta con el cerebro.

El nombre cerebelo viene del latín y significa "pequeño cerebro", pero, aunque puede ser pequeño en relación con al cerebro (solo representa el 10% de su volumen total), contiene cerca el 80% de las neuronas del cerebro (las células especializadas que componen el sistema nervioso).

Durante siglos, se creyó que la única función del cerebelo era coordinar los movimientos de los músculos. No obstante, los avances tecnológicos han podido demostrar que su papel va mucho más allá de eso y se sigue investigando para comprenderlo bien y ver cómo funciona con el resto de su sistema nervioso.

partes del cerebro
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Se sabe que el cerebelo se encarga de integrar las vías motoras y sensoriales, recibir información y órdenes de la corteza cerebral y conectarlas con el sistema musculoesquelético. También juega un papel en la memoria, el lenguaje, la atención y el aprendizaje.

¿Qué funciones tiene el cerebelo?

La función principal del cerebelo es coordinar los movimientos voluntarios, mantener la postura y el equilibrio. Desempeña un papel crucial en el control motor y el aprendizaje motor, y ayuda a afinar los movimientos y asegurar que sean suaves, precisos y bien coordinados.

En cerebelo transmite impulsos relacionados con el movimiento desde el área motora de la corteza cerebral hasta la médula espinal; a partir de ahí, pasan a los músculos. Al mismo tiempo, recibe impulsos de los músculos y las articulaciones que se están activando y, en cierto sentido, los compara con las instrucciones emitidas por la corteza motora para que se puedan realizar ajustes (esta vez a través del tálamo). Esto significa que el cerebelo no es el único iniciador del movimiento ni un simple eslabón en la cadena de los impulsos nerviosos, sino un sitio al que se desvían y, en algunos casos, perfeccionan las instrucciones de movimiento.

También hay evidencia de que el cerebelo puede almacenar instrucciones sobre los movimientos que realizamos con frecuencia y aquellos movimientos repetitivos en los que somos hábiles (los que consideramos aprendidos de memoria).

Por otro lado, el cerebelo también recibe información de varios sistemas sensoriales, como el oído interno (sistema vestibular) para el equilibrio y la propiocepción (conciencia de la posición del cuerpo).

Además de su papel en el control motor, el cerebelo es cada vez más reconocido por su participación en otras funciones cognitivas, como la atención, el lenguaje y ciertos tipos de aprendizaje y memoria.

¿Qué consecuencias podría tener una lesión en el cerebelo?

El buen funcionamiento del cerebelo es esencial para nuestras actividades diarias y para las habilidades motoras en general.

Las lesiones o daños en el cerebelo pueden tener consecuencias graves y causar problemas a largo plazo o permanentes, como deficiencias motoras, alteraciones en la marcha, dismetría, temblores, incapacidad para realizar movimientos alternativos rápidos (disdiadococinesia), bajo tono muscular (hipotonía), problemas de equilibrio, movimientos involuntarios de los ojos (nistagmo), problemas en el habla y cambios cognitivos o emocionales.

El daño o la disfunción en el cerebelo puede provocar un trastorno conocido como ataxia, que se caracteriza por problemas de coordinación, equilibrio y motricidad fina, y puede estar causado por un traumatismo, un accidente cerebrovascular, una infección o ciertos trastornos neurológicos.

REFERENCIAS