Aunque sean partidarias de la maternidad afectiva, la crianza con apego, el colecho y sus múltiples beneficios, una de las mayores dudas que se plantean las familias que comparten cama con sus peques es "¿hasta…
Artículo publicado el 3 Jun 2023 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 15 enero, 2024
No son pocas las familias que luchan cada noche por conseguir enseñar a sus hijos a dormir solos en su cama… sin éxito. Ahora, expertos de la Universidad de Harvard ofrecen una serie de recomendaciones para ayudar a los niños en edad preescolar a dormir solos.
No en vano, el sueño infantil es uno de los aspectos que más dudas y desesperación suscita en las familias. Y no es para menos, ya que la ciencia estima que solo en el primer año de vida del bebé los progenitores pierden más de 700 horas de sueño. A todos nos gustaría que nuestros hijos e hijas durmieran del tirón desde pequeños, pero el sueño infantil es un proceso evolutivo, y que cada peque tiene su propio ritmo.
Despertarse varias veces durante la noche, luchar contra el sueño, resistirse a irse a la cama o no querer dormir solos son aspectos normales y comunes del sueño infantil que debemos saber acompañar para enseñar a nuestros hijos e hijas a dormir solos.
Los expertos de Harvard advierten: Obligar a los niños a dormir solos puede ser contraproducente
Antes de que intentemos que los niños duerman solos, tienen que estar preparados. A pesar de los mitos sobre el sueño infantil que aseguran que los niños que son obligados a irse a sus camas solos acaban acostumbrándose, este el primer y más importante consejo que dan los expertos de Harvard: aseguremos de que nuestros hijos están realmente preparados.
Es decir, los niños tienen que ser suficientemente maduros, física y emocionalmente, para afrontar el importante cambio de dormir solos en sus habitaciones, lejos de sus progenitores, donde no se sienten tan seguros. Cuando son muy pequeños, “los niños necesitan sentirse seguros y cerca de sus padres para dormir tranquilos”, incide nuestra experta en sueño infantil Rafi López.
Los especialistas desaconsejan iniciar este cambio en momentos en los que los pequeños están atravesando otros procesos importantes como la retirada del pañal, el inicio del colegio, la llegada de un hermanito, conflictos familiares, el duelo por un ser querido o un animal de compañía, una enfermedad, una separación o divorcio… En estos momentos delicados, los menores están más sensibles y vulnerables, por lo que necesitan del amparo, la compañía, la protección y el cariño de sus padres.
Los expertos también recomiendan no iniciar la transición si observamos que el peque experimenta una racha de agitación emocional, en la que la niña o el niño se muestra especialmente ansioso, nervioso o con miedo. En estos casos es importantes consultarlo con el pediatra, o incluso con un psicólogo infantil, y ofrecer al peque el consuelo y seguridad que necesita.
Si quieres más información o necesitas asesoramiento profesional, en la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil y crianza respetuosa. Entre ellos/as se encuentran la pediatra Gloria Colli, la psicóloga y especialista en sueño infantil, Rafi López y la docente, psicóloga y logopeda infantil Elena Mesonero.
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¿Cómo hago para que mi hijo duerma solo en su cama?
Si nuestro/a hijo/a da muestras de estar preparado/a para dar el paso (quizás ya ha echado alguna que otra siesta en su cuarto, pasa cada vez más tiempo jugando en su habitación, o lleva tiempo pidiéndonos que nos acostemos en su cama con él/ella) y creemos que ha llegado el momento de enseñarle a dormir solo en su propia habitación, estos son los consejos que ofrecen los expertos de Harvard para una transición satisfactoria:
Una habitación confortable y atractiva
Es más fácil que los peques quieran quedarse en su habitación si esta les gusta y se sienten cómodos en ella. Para conseguirlo, puede ser de ayuda involucrarles en la decoración de su propio cuarto dejándole elegir el tipo de cama, el estampado de los textiles, cojines y alfombras, elementos decorativos, etc.
Silencio y oscuridad
Las persianas y cortinas permiten oscurecer la estancia cuando llega la hora de dormir, aunque algunos peques podrían necesitar luces o lamparitas quitamiedos. En este caso, debemos escoger luces tenues y cálidas que no interfieran en su descanso.
La pediatra del equipo de expertos de Criar con Sentido Común, Gloria, Colli insiste en que “hay que tener muy presente que dejar la luz encendida por la noche puede alterar la producción de melatonina y los ciclos de sueño y vigilia, aunque el grado de afectación va a depender de la intensidad de la luz y de la longitud de onda”.
Por ejemplo, la luz azul o blanca afecta más, mientras que la luz amarilla o naranja afecta menos. La intensidad también es importante, ya que a más intensidad, más afectación; mientras una luz muy tenue no afectaría tan significativamente a la calidad del sueño. Por el contrario, la luz azul de móviles, lámparas, tablets… incide directamente en la calidad del sueño.
Por ello es también muy importante que el cuarto esté alejado de fuentes de ruido que impidan o dificulten conciliar el sueño. Asimismo, los expertos aconsejan que en la habitación no haya televisión ni dispositivos electrónicos, pues interfieren en un sueño saludable.
Acuesta a tu hijo siempre a la misma hora
Es fundamental mantener siempre el mismo horario a la hora de ir a la cama, no solo para crear un hábito que favorezca el sueño, sino también para asegurarnos de que nuestro hijo duerme las horas que necesita según su edad.
Uno de los principales beneficios de acostarse siempre a la misma hora es que cuando los peques se acostumbran a hacerlo, el organismo se adapta al horario y cuesta menos conciliar el sueño. La latencia de sueño suele ser menor en personas con horarios de sueño establecidos.
Rutinas de sueño saludables
Para ayudar a nuestros hijos e hijas a conseguir una buena higiene de sueño, debemos establecer una serie de rutinas que favorezcan la relajación y el descanso. Cada familia deberá elegir las que mejor les convengan, como un baño o música relajantes, ejercicios de respiración o un cuento de buenas noches. Una higiene del sueño en los menores (y en todos) es fundamental para su salud y descanso.
“La higiene del sueño es la que tiene en cuenta las necesidades de descanso particulares de cada persona, y se apoya en rutinas que se sincronizan con nuestros relojes biológicos. Una parte muy importante de la higiene del sueño es el factor ecológico y la influencia de la luz en nuestras fluctuaciones hormonales y, por ende, en los horarios. Promover el equilibrio de estos factores es la clave para que los niños descansen lo que necesitan y el sueño haga sus funciones (reparadora, memoria, de crecimiento…)”, explica la psicóloga y especialista en sueño infantil del equipo de Criar con Sentido Común, Rafi López.
Acompañarle si lo necesita
Si nuestro/a hijo/a no quiere quedarse solo/a en su habitación o necesita nuestra compañía para dormirse, podemos estar a su lado acompañándole para hacerle sentir más seguro y tranquilo. Los expertos de Harvard aconsejan ir reduciendo muy gradualmente el tiempo que pasamos en la habitación con él/ella.
Si la niña o el niño se levanta, su consejo es mostrar empatía y llevarle de regreso a su cama con amabilidad. Es muy probable que durante las primeras noches el peque se levante y acuda a nuestro dormitorio a menudo. No debemos perder de vista que, con 5 años, un pasillo a oscuras ¡puede ser muy largo! Pensemos que lo están recorriendo solo para llegar a nuestro lado, donde se sienten seguros y reconfortados.
Si esto ocurre porque, por ejemplo, pasa miedo o tiene pesadillas, los expertos aconsejan llevarlo de vuelta a su cama con cariño y paciencia, y repetir el paso anterior.
Alentarle
Las niñas y niños pequeños necesitan sentirse arropados, amados y sostenidos por sus progenitores en todo momento. Es este sentido, es fundamental alentarles, reconocer el esfuerzo que están haciendo y reconocerles cada pequeño logro que conquistan. La progresión, en este sentido, puede no ser lineal, en cuyo caso debemos seguir aplicando las mismas pautas durante todo el tiempo que sea necesario.
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