Marruecos continúa siendo el objetivo de todas las polémicas de estos últimos días. Sus pretensiones y objetivos, afectan de una u otra manera a nuestro país, ya que el gran deseo de obtener a Ceuta, Melilla y las Islas Canarias, están siendo una tendencia tan silenciosa como deseada para todos ellos. Desde hace ya bastantes meses, existió una crisis diplomática con el vecino magrebí abierta por la acogida en españa del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali; que se vio agravada por la entrada masiva de miles de marroquíes a territorio nacional a través de Ceuta, ante la pasividad de las autoridades del reino africano.

Desde hace ya bastante tiempo, las relaciones entre nuestros dos países son digamos que complicadas. Con momentos de cercanía, pero también con momentos de enorme tensión. Y la política de Marruecos no se entiende sin sus monarcas. Sin la dinastía Alauí. La historia de esta casa real, indisolublemente unida con la de Marruecos y con el día a día de su evolución política.

Los orígenes míticos de esta dinastía nos llevan hasta Arabia, a una saga descendiente de Alí, uno de los sucesores de Mahoma, y de la hija de este, Fátima. Esto eleva a los alauís a descendientes directos del profeta. Y ese prestigio místico, hace que los antepasados de los actuales reyes fuesen llamados en el siglo XIII de su Arabia al extremo oriental de Marruecos, a la región de Tafilálet, para proteger a sus habitantes, política y espiritualmente, como su imán.

El correr del tiempo llevaría, siglos más tarde, ya en el siglo XVII, a esta misma saga a sustituir como sultanes de Marruecos a otra dinastía que podía reclamar la misma descendencia. Hablamos de los saadí. Primero como sultanes y después como reyes, los alauís se han mantenido desde entonces en el poder. Su búsqueda de crear un estado centralizado en Marruecos chocó con las tribus bereberes, y con las grandes potencias. Francia y Gran Bretaña, Alemania. Y naturalmente, también España. Durante gran parte del siglo XX Marruecos será un protectorado de Francia y España.

Monarcas clave

Dos personajes, Mohamed V y Hassan II, los dos primeros reyes tras la independencia, son claves para entender la historia más actual de Marruecos. Tan importante para entender la propia historia reciente de España. Ambos mostraron un olfato especialmente fino para detectar las debilidades de Madrid, y explotarlas al máximo. Mohamed VI sigue por el mismo camino, aunque gobierna un país cada vez más complejo y diverso. Que pueda mantener el mismo nivel de control sobre el país que tenían sus antecesores, es una de las grandes incógnitas del futuro de ese interrogante al sur, que es Marruecos.

Los últimos acuerdos alcanzados con el Gobierno de España, pueden suponer un antes y un después para un rey Mohamed, que ve cómo el Sáhara Occidental se puede convertir en el nexo imprescindible que desde hace ya muchas décadas, tanto desea su estirpe.