Guisante o arveja
El guisante es un alimento rico en todos los sentidos: por su sabor y por su contenido en nutrientes. El primero es ligeramente dulce cuando se consume fresco y suave y delicado cuando están deshidratados. En la parte alimenticia, aporta unas 80 calorías por cada 100 gramos, 14g de hidratos, nada de colesterol y un montón de vitaminas y minerales.
Existen muchas variedades que llevan nombres pintorescos como Bayard, Negret, Lincoln, Teléfono, Televisión...
Cambian sus tamaños, sus colores (verde, amarillo o blanco) y la textura de la piel, suave o rugosa.
Un guisante fresco se extrae fácilemente de su vaina y puede llegar a ser tan tierno que se puede comer crudo. Si se cocina, basta con un hervor relativamente rápido para tenerlo hecho. Las vainas también son muy sabrosas y se pueden comer crudas o cocinadas pero debes tomarte la molestia de quitarle primero la hebra lateral y la piel interior, ambas muy duras, algo que es bastante tedioso.
La vesión deshidratada tiene la ventaja de su larga vida. A cambio, como las demás legumbres, hay que rehidratarlas y cocerlas hasta que queden en supunto, proceso que puede llevar algo de tiempo. Es aconsejable dejarlas a remojo por la noche para acortar los tiempos de cocción. Estos pueden llegar a ser de más de 30 minutos a olla a presión y hasta 2 horas en una olla abierta.