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La mayoría de los bebés recién nacidos adquieren una coloración amarilla en su piel. Esta afección, conocida como ictericia, es muy común y generalmente normal del período neonatal. El color amarillo de la ictericia es causado por tener niveles altos de una sustancia llamada bilirrubina en la sangre., así lo indica la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard.

Usualmente, la ictericia alcanza su punto máximo en los primeros dos a cinco días de vida y dura entre una y dos semanas. En los bebés que son amamantados, puede durar más; no se sabe exactamente por qué sucede esto, pero no hay nada de qué preocuparse.

No obstante, en ocasiones, la ictericia puede ser signo de otro problema, y ​​cuando los niveles de bilirrubina son muy altos, pueden afectar el cerebro, incluso de manera permanente. Esto es bastante raro, y solo afecta a menos del 1% de los bebés.

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Asimismo, existen muchas afecciones que pueden aumentar la probabilidad de que los niveles de bilirrubina sean altos en los bebés. Estas incluyen:

  1. Deshidratación o calorías inadecuadas. Ocurre con mayor frecuencia cuando los bebés son amamantados exclusivamente y no se reconoce un problema con la lactancia.
  2. Los sistemas que funcionan para eliminar la bilirrubina aún no están listos.
  3. Infección o bloqueo del intestino. La ictericia no suele ser el único síntoma de esto.
  4. Incompatibilidad ABO o Rh. Cuando la madre y el bebé tienen diferencias en sus tipos de sangre, puede provocar una degradación de glóbulos rojos mayor a la habitual. Esto es algo de lo que los obstetras están muy conscientes, y las pruebas se realizan siempre que existe una preocupación.
  5. Moretones o un cefalohematoma (un bulto o un hematoma en la cabeza). Ambos pueden ocurrir durante un parto difícil. Estos provocan la degradación de más glóbulos rojos.
  6. Enfermedades del hígado. Hay varios problemas hepáticos diferentes que pueden dificultar que el cuerpo del bebé elimine la bilirrubina.
  7. Enfermedades que afectan a una enzima importante. Algunas enfermedades, como el síndrome de Gilbert o el síndrome de Crigler-Najjar, provocan un problema con una enzima que es importante para eliminar la bilirrubina.
  8. Factores genéticos. No todos estos factores se comprenden bien. Si un bebé en la familia tiene ictericia, los futuros bebés también pueden tener un mayor riesgo. Los bebés de ascendencia asiática oriental, por ejemplo, tienen más probabilidades de desarrollar niveles más altos de bilirrubina.

RECUERDA: Los bebés son monitoreados de cerca para detectar ictericia durante el período neonatal. Muy a menudo, los pediatras utilizan un análisis de sangre o un dispositivo que mide el nivel de bilirrubina a través de la piel. Según el resultado y cualquier factor de riesgo, deciden si se necesitan más controles o pruebas, y si el bebé requiere terapia.

 

Vía: Harvard Medical School