Verano trágico: un ahogado por día en un mes y medio

"La naturaleza no perdona". Este viejo dicho podría aplicarse a un verano 2024 trágico, en el que, en un mes y medio, una persona murió ahogada cada día en todo el país. En algunos casos, por inconsciencia e imprudencia. En otros, por fatalidades. Lo cierto es que cada caso implica una familia destrozada, huellas que quedarán de por vida.

Según un relevamiento realizado por Clarín, entre el 17 de diciembre y el 31 de enero hubo 41 fallecidos, a los cuales se suman 5 que todavía son considerados desaparecidos.

Dos de ellos son Ramón Román (56) y Gabriel Raimann (38), que habían salido a pescar a bordo de un kayak en el balneario de Cariló. Se trata de la misma embarcación con la que se había metido al mar, en Claromecó, el peluquero tresarroyense Federico Cuevas Saihueque (25), cuyo cuerpo fue hallado 10 días más tarde.

Los otros tres buscados son dos jóvenes de 16 y 19 que se bañaban en el Río Mendoza, el domingo último, en medio de la crecida del caudal, más otro de 15 que estaba con unos amigos en el dique Cipolletti, en la zona de las compuertas, también en Mendoza.

Con ellos, son 46 víctimas en 46 días (13 en diciembre y 33, en enero). Los escenarios son iguales de peligrosos: el río, el mar y los distintos lugares donde la gente busca refrescarse en épocas de calor sofocante, a pesar del peligro que representa bañarse en zonas prohibidas y sin guardavidas.

Además, subestiman el hecho de no saber nadar y no usan chalecos salvavidas cuando se suben a las embarcaciones.

Del total de casos, 11 fueron en la provincia de Buenos Aires. Lo siguen Córdoba (7), Mendoza (7), Neuquén (5), Chubut y Santa Fe (4), Misiones (3), Río Negro, Salta, Corrientes, San Juan y Entre Ríos (1).

En cuanto a los ambientes, 21 fueron en ríos, 7 en el mar, 5 en piletas de natatorios (chicos de 10, 11, 12, 14 y 15 años), 4 en arroyos, 4 en diques, 2 en lagos, 2 en un canal de riego y 1 en una piscina hogareña.

"En sólo una semana de enero, hubo 80 rescates en el río Atuel", le dijo a Clarín el director operativo de Balnearios de la Municipalidad de Neuquén, Gabriel Rambado. Esto incluye a quienes utilizan precarias embarcaciones para navegar o pescar.

Si bien menciona que la mayoría de los bañistas "están entendiendo que en zonas habilitadas no se tienen que meter", hay algunos que no respetan las recomendaciones y son quienes complican el trabajo de las autoridades.

El consumo de alcohol, sobre todo por parte de personas jóvenes, también ha incidido en algunas tragedias. Esto se ha visto en ríos de Córdoba, donde asumen riesgos como arrojarse de saltos de 20 metros, entre ellos en el famoso balneario Nido del Águila, junto al Río Mina Clavero, en el Valle de Traslasierra, provincia de Córdoba.

José Romano (33), guardavidas municipal en este paraíso natural, contó a Clarín que "a veces la gente viene muy acelerada, muy eufórica, y no respeta nada".

Aquí, el 20 de diciembre murió un turista de Avellaneda, de 35 años. Estaba con su pareja, se arrojó en un curso de agua caracterizado por la formación de ollas profundas y no volvió a salir a la superficie.

"Fue en la olla principal, entró nadando, son 60 metros de largo y hay una pileta natural de 12 metros de profundidad. No habían tomado alcohol, pero la víctima no tenía buena preparación física. Sucedió casi una hora antes de que comenzara el turno de los guardavidas", señaló Romano.

En los ríos, una de las preocupaciones principales se da luego de las lluvias, cuando aumentan sus caudales y, con ello, el riesgo. Los turistas se bañan igual, aunque no sea un día propicio. Sobre todo los que llegan por pocos días y quieren aprovechar sí o sí aunque el clima no sea el adecuado.

En estos sitios, uno de los mayores peligros es cuando se arrojan desde varios metros de altura en sectores que no conocen y se golpean la cabeza contra las piedras que hay debajo del agua.

Eduardo Mansilla (37), jefe de Guardavidas de Playa Unión, provincia de Chubut, comentó a este diario que los días de calor extremo suelen recibir entre 50 y 70 mil personas en los balnearios habilitados.

"Acá tenés la particularidad de que pasás la rompiente y no hacés pie, es mar abierto, baja la marea pero es mucho más peligrosa, por lo que se suelen hacer rescates cortos", afirmó.

Mansilla, con 21 años de profesión, indicó que es clave la tarea de prevención y advertir del peligro a los jóvenes, que son los más "inconscientes" a la hora de meterse al mar.

En cuanto a la cifra total de víctimas, 12 eran menores de edad.

La tragedia de los hermanos Wagner

El domingo 17 de diciembre, los hermanos Ramón José Daniel (26) y Silvio Catriel Wagner (19), que habían llegado a Córdoba desde la zona rural de Bovril (Entre Ríos), por motivos laborales, murieron ahogados en el balneario Posta del Remanso, en Nono, del Valle de Traslasierra.

El lugar se encuentra sobre el cauce del Río Chico, en el departamento San Alberto, a unos 150 kilómetros al oeste de Córdoba.

"No quiero que se vayan, no quiero dejarlos ir, son mi sangre, parte de mí, no saben la impotencia, desesperación, angustia que me da no poder ayudarlos, no poder tenerlos acá. Los amo. Ya nos vamos a encontrar y seguir la parranda", escribió Juan Wagner, hermano de las víctimas, en las redes sociales.

Dar la vida por un hijo que buscaba una pelota

El sábado 23 de diciembre, Javier Francisco Mora Aravena (52), chileno, se refrescaba en Isla Jordán, a orillas del Río Negro, en Neuquén.

Su hijo se arrojó al agua a buscar una pelota, pero comenzó a ahogarse. Entonces, el hombre se tiró a salvar al chico. Lo logró, pero ya no pudo salir del río.

Mora Aravena estuvo cinco días desaparecido hasta que finalmente las autoridades locales encontraron su cuerpo.

La mujer policía que rescató a sus hijos

En plena celebración de Navidad, el lunes 25 de diciembre, la policía Judith Yamile Aillapan (35) se arrojó al Río Azul, al norte de Lago Puelo, en Chubut, para rescatar a sus hijos.

La mujer consiguió salvarlos, pero ella fue sacada del agua con graves síntomas de asfixia e ingresó sin vida al hospital.

Según el director de Defensa Civil de Lago Puelo, Julián Cayún, ocurrió a unos 200 metros de la confluencia de los ríos Blanco y Azul, donde "se genera una gran turbulencia e importante caudal".

Una ojota al agua, el absurdo final de un zarateño

Claudio Alejandro Migueles (34), de Zárate, provincia de Buenos Aires, había llegado al balneario cordobés Los Elefantes, camino a Villa Cura Brochero, junto a su esposa y sus hijas de 17, 9 y 6 años.

Eran las 13.40 del viernes 29 de diciembre cuando se desató la tragedia: el hombre se zambulló al Río Los Sauces para rescatar la ojota de una de sus hijas, pero murió ahogado.

"Te agradezco el interés, pero prefiero no hablar del trauma que todavía estamos transitando", le dijo a Clarín su esposa.

El matrimonio de Punta Alta que murió en Pehuén Co

El sábado 30 diciembre, Claudia Carina Fernández (47) y Ariel Néstor Manini (42) habían ido a pasar el día a la playa de Pehuén Co, a 68 kilómetros de Punta Alta, con sus dos hijos, Mailén (18) y Agustín (9).

El mar estaba peligroso y el hombre salvó a sus dos hijos y a su cuñada, pero murió ahogado junto con su esposa.

Fernández era peluquera. Su marido, empleado de la Armada. La mujer ya tenía dos hijos de un anterior matrimonio.

El nene ahogado en una pileta de Rosario

El martes 2 de enero, un nene de 10 años sufrió un lamentable accidente en la piscina La Dulce, que el Jockey Club de Rosario tiene en un country ubicado en el barrio de Fisherton.

Según creen, un pie de Facundo quedó enganchado en un filtro de la piscina y cuando lo vieron los guardavidas, ya era tarde.

La víctima, que pasó ocho minutos bajo el agua, murió dos días más tarde en el Sanatorio de Niños.

El fatal rescate de un perro en el Río Chubut

El jueves 4 de enero, un chico de 13 años se ahogó cuando se bañaba con su hermana y otro adolescente en el Río Chubut, cerca del mediodía, en el barrio San Ramón, en el sector paralelo a la calle Gobernador Tello, a la altura del Casino de Suboficiales de Rawson (Chubut).

Su cuerpo fue encontrado cinco días más tarde, a unos 200 metros.

De acuerdo a los testigos, vivían en la costa. Se les escapó el perro y el adolescente se tiró a buscarlo. Su papá logró sacar a los más chicos, pero él quedó enganchado en una rama y se ahogó.

El misterio del kayak en alta mar

El domingo 14 de enero, Ramón Román (56) y Gabriel Raimann (38), de Pinamar y Misiones, respectivamente, desaparecieron tras ingresar al mar en el balneario de Cariló, a bordo de un kayak, para ir a pescar.

Ocho días más tarde, la Prefectura Naval Argentina (PNA) informó a sus familias que ya no esperaba encontrar a los dos amigos con vida.

La única pista firme fue el kayak. Lo localizaron flotando a más de 15 millas marítimas de la línea costera de Villa Gesell, el equivalente a unos 35 kilómetros, sin el motor que le habían instalado.

La caída de la moto de agua, sin chaleco salvavidas

El domingo 21 de enero, Jorge Andrés Peñaloza (47), de Justiniano Posse (Córdoba), donde tenía un local de radiadores, desapareció tras caerse de una moto de agua en el Embalse de Río Tercero, entre Villa del Dique y Villa Rumipal, en el departamento Calamuchita.

"Ñape" iba sin chaleco salvavidas y no sabía nadar. Fue pasadas las 14. La profundidad en el lugar es de 20 metros. El cuerpo fue hallado cuatro días más tarde.

"Ñape, Peluca, Loco, podíamos llamarte de mil maneras... Disfrutabas la vida y el tiempo libre como nadie, tus locuras, tus aventuras", lo despidió uno de sus amigos en Facebook.

Un bautismo familiar y una broma que no fue tal

El martes 23 de enero, Hugo Llanos (45), boliviano, murió ahogado en el Río Atuel, ubicado en el departamento mendocino de San Rafael.

Fue cerca de las 18, a la altura de la localidad de Las Malvinas. Llanos estaba participando de un bautismo familiar y se metió al cauce del río Atuel.

El hombre comenzó a pedir ayuda, pero sus allegados pensaron que se trataba de una broma y, de repente, desapareció de la superficie.

EMJ